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Comentario sobre «La Rebelión de Atlas»

Comentario de un lector en Objetivismo.org (Octubre 2012). Publicado en versión original sin editar, con permiso del autor.]

La rebelión de Atlas es el mejor libro de ficción y de no ficción de la historia. Recientemente he adquirido la edición de lujo de Atlas con el fin de tener el placer de leerlo en formato estándar y no de bolsillo. Ayn Rand se volcó creativamente durante cerca de 13 años para elaborar dicha novela y tardó 3 años en escribir el discurso de John Galt, y sin duda es un logro sensacional.

He leído aparte de Atlas algunas otras grandes novelas filosóficas de literatura y algunas otras de reciente publicación que tienen cierto tono intelectual, pero no se acercan ni de lejos a Atlas, esas novelas a menudo tienen insertos discursos filosóficos de cierto calado e interés, pero Atlas no es sólo eso, es que Atlas a lo largo de todas sus páginas es pura filosofía, no hay nada dejado al azar en la novela, ningún párrafo estúpido ni vulgar, sino que a lo largo de las más de 1100 páginas Rand sabe mantener el elevado nivel de exigencia que ella misma se autoimpuso, pero no sólo eso, sino que creo que hasta ella sólo Platón hace más de 2500 años ha podido combinar filosofía y ficción de una forma tan magnánima.

No es sólo que los discursos abstractos tengan un elevado nivel intelectual y sean iluminadores, sino que además ella sabe integrar perfectamente cada discurso con la trama de forma que nada queda suelto, los tres discursos que Francisco da a Rearden son necesarios en la trama para influir en la conducta de este último y para ganarse la confianza racional por parte de este último hacia el primero, todos ellos se dan en el momento adecuado. Pero además uno puede comprobar cómo la trama central de la novela se integra perfectamente con todas las subtramas que a lo largo de la novela se contienen y todas integradas avanzan hacia el final con un propósito central.

Las descripciones de los paisajes son alegorías visuales de los principios y tendencias filosóficas que dominan en ese momento de la trama, por ejemplo, compárese el paisaje soledado del capítulo VIII de la Primera Parte, La Línea John Galt, con la descripción lúgubre que se da en el Capítulo V, Los guardianes de sus hermanos, todos ellos signo indicativo de las muy diferentes tendencias filosóficas predominantes en ambos y del curso de acción seguido por los personajes de la trama.

Y no sólo eso, sino que leyendo La Rebelión de Atlas uno está percibiendo en la acción la aplicación de los principios filosóficos que la autora introduce, es un libro que debería ser como digo de estudio obligatorio en las facultades de derecho, de historia, de filosofía, de psicología, de economía y por supuesto de literatura de todo el mundo, porque es increible como Ayn Rand pudo en una novela condensar lo esencial de cuestiones tan complejas en multitud de materias tan dispares y lo increiblemente culta que era, pero poder concentrar lo esencial de esas materias es un logro superlativo: por ejemplo, sus análisis sobre los decretos y las leyes no objetivas que hace a lo largo de toda la novela es magistral, y gracias a la lectura de su novela mis capacidades para analizar el derecho y las leyes se incrementaron sensiblemente, y me soprendió muchísimo no sólo leyendo Atlas sino algunos de sus libros de no ficción, que ideas que otros autores desarrollaban en párrafos larguísimos que muchas veces no recogía bien la idea central, Ayn Rand los concentraba en pocas líneas.

Su definición y demostración de lo que es la justicia es magistral, nadie hasta entonces ha captado mejor que Ayn Rand lo que es la justicia, y decía Hans Kelsen en sus obras, y todos los profesores de derecho que he tenido en la facultad. que nadie ha conseguido jamás definir exactamente lo que es la justicia ni poder darnos una aplicación práctica de la misma, cuando Atlas se dedica a lo largo de toda la novela a mostrarnos qué es la justicia a través de Rearden.

Y no sólo eso, sino que Ayn Rand contiene la clave para la solución de muchos problemas jurídicos que hasta ahora la ciencia del derecho considera insolubles, ciencia jurídica que se construye actualmente sobre la base del filósofo alemán Inmanuel Kant. Después de Atlas, quien comprenda esta novela no podrá comprender las estupideces que se dicen hoy día y que pasan por ser verdades absolutas.

Por ejemplo, cuando James Taggart o Floyd Ferris dicen que todos nos aprovechamos de los inventos ajenos y que por ende nadie inventa nada, cuando leí esa frase me acordé de que constantemente eso es lo que decían bastantes profesores de Derecho que yo conocía y algunos alumnos cuando hablaban de las patentes y de su abolición. [Y lo que ahora, en 2012, le ha dicho el presidente Obama a los americanos: «You didn´t build that», tratando de convencerles de que la contribución del individuo no cuenta, sólo la del colectivo. — nota de Objetivismo.org]

O la cuestión de la fábrica infernal y el lema “De cada quien según su capacidad, a cada cual según sus necesidades”, que describe perfectamente el absurdo inhumano del marxismo.

Después de leer Atlas uno no puede comprender cómo la mayoría de la gente acepta creencias que son estúpidas y absurdas.

El único defecto que le encuentro a Atlas es que una vez que uno asimila su contenido ya es imposible pensar que uno va a leer algo mejor, y además me da la impresión de que La Rebelión de Atlas te atrapa mentalmente y ya deja de ser posible apartarse de las ideas que Atlas sostiene y demuestra con lo cual que me pasa lo mismo que le pasaba a Rothbard, que la “independencia de tu mente” se ve en cierto modo coartada, aunque por otro lado, Atlas te da una lucidez mental que ningún otro libro de ideas consigue; es imposible una vez que uno lo lee con atención y buscando respuestas racionales decir que no a lo que Atlas contiene. Pero además la mayor influencia que tiene el libro es la de enseñarte a pensar bien; después de la lectura de Atlas mi capacidad de analizar temas que antes me resultaban difíciles e incomprensibles ahora me resultan sencillos de analizar, es increible que una novela pueda lograr todo eso pero es cierto, y es un tópico reiteradísimo decir que Atlas te cambia la vida, pero es rigurosamente verdadero, aunque en mi caso más bien ha sido redescubrir en mí un sentido de la vida que creía sepultado y me supuso la respuesta a muchos interrogantes de mi vida hasta ahora. Después de leer Atlas por segunda vez hice una reevaluación de muchos sucesos de mi vida y los examiné a la luz de los nuevos conocimientos que adquirí y no sé si a otros les ha pasado lo mismo que a mí, pero esa es mi experiencia con Atlas.

Qué pena que la mayoría de los comentarios que uno lee por ahí o bien son de detractores o bien los que han apreciado esa novela simplemente se quedan en la superficie de la misma y dicen que es sólo una buena novela liberal, pero no son capaces de analizar el profundo significado que Atlas tiene y que no se circunscribe a lo político.

Leer la Rebelión de Atlas por vez primera es una emoción indescriptible que sólo puede captarse plenamente cuando una la ha experimentado, y leer el libro por segunda vez es una emoción tan intelectual que sólo puede compararse al hecho de estar dando tumbos en una cueva oscura y luego salir de ella y alzar los ojos al Sol luminoso para gozar de una claridad total.

Me gustó más leer la rebelión de Atlas por segunda vez que por primera vez, porque la primera estuve plenamente enganchado con la trama y no me daba cuenta de más nada, sólo de que deseaba desenredarla, pero la segunda vez es cuando pude apreciar la gran calidad intelectual y el tesoro de erudición que la novela en sí misma constituye. Si eres colectivista o socialista o simplemente estúpido (lo cual en muchas ocasiones son conceptos todos ellos que se predican a la vez de un mismo individuo) La rebelión de Atlas te resultará pesada, aburrida e indigerible y además te llenará de una culpa indescriptible y pensarás que es malvada y que todo lo que dice no puede ser verdad. En cambio, si eres una persona honesta y racional en busca de respuestas a los complejos problemas del mundo y al sentido de la vida, Atlas es tu novela y la vas a disfrutar con la misma intensidad que la disfruté yo. Te digo: no existe en el mercado ningún libro que pueda competir por igualar y mucho menos superar la brillantez y erudición que constituye ese monumento a la mente humana que es La rebelión de Atlas. Leerás muchos otros libros, pero Atlas es insuperado y yo casi diría que insuperable.

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Maria Elvira Bensadon
Maria Elvira Bensadon

Que placer que haya tantos que han leído el libro.. a mi me a costado muchísimo encontrarlo en librerías, es mas, nunca lo encontré, por suerte una amiga lo tenia y ahí lo leí… Como muchos dicen.. «me cambio la… Leer más »

Ricardo
Ricardo

Hola. Me da mucho gusto el contexto filosófico que Ayn Rand nos presento con un increíble razonamiento y lógica, algo que a mí parecer necesitamos hoy urgentemente. Quisiera saber y tener una respuesta acerca de las críticas que se le… Leer más »

Miguel
Miguel

Si solo que yo no llamaría egoísta a un nietzscheano, en realidad, Nietzsche aceptaba la moral del altruismo lo que ocurre es que él sabía que esa moral era destructiva de la vida de uno, y por eso predicaba que… Leer más »

Jan
Jan

Oh, comprendo. En este caso si lo revelaria, seria un «egoista» nietzschano. Muchas gracias por tomarte el tiempo en aclarar ello. Saludos

Ayn Rand

Nunca ha sido posible predicar una noción malvada en base a la razón, a los hechos, a este mundo. Los defensores de las teorías que destruyen al hombre siempre han tenido que salirse de la realidad y buscar un fundamento o una sanción mística.

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