Salario mínimo y derecho al trabajo

Como se esperaba, el gobernador de California, Jerry Brown, firmó recientemente un proyecto de ley para aumentar el salario mínimo en California de $8 a $10 por hora. ¿Por qué? El autor de la ley, Luis Alejo, dice que subir el salario mínimo facilitará el que algunas personas puedan pagar sus cuentas.

Es cierto que algunos tendrán un aumento como resultado de esta ley, pero es igualmente cierto que muchos otros probablemente no verán un aumento salarial nunca más.

¿Por qué? Pues porque como en breve será ilegal contratar a gente por menos de $10 por hora, aquellas personas cuyos servicios no tengan ese valor para los empleadores se quedarán fuera del mercado laboral. (¿Quiénes son esas personas? Generalmente, los que tienen menos experiencia, los menos educados, los menos cualificados.)

A partir de ahora ellos, en efecto, se verán obligados a dejar de competir ofreciendo salarios más bajos. Pero esa es casi siempre la única ventaja que ofrecen. El salario mínimo, por lo tanto, hará imposible que puedan ejercer su derecho a trabajar para ganarse la vida.

Dejemos bien claro que cuando digo «derecho a trabajar» no estoy diciendo que tú de alguna forma tengas el derecho adquirido a un empleo o a un salario. Estoy hablando del derecho – o sea, la libertad – de buscar y aceptar el mejor trabajo que te ofrezcan voluntariamente a ti, de acuerdo con los términos que tú y tu empleador acordéis voluntariamente.

Si te niegan esa libertad fundamental, ¿cómo se supone que todas esas personas van a pagar sus cuentas? ¿Y qué pasa con sus vidas? ¿y con su futuro?

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— por Carl Svanberg  — publicado en octubre del 2013 en Voices of Reason

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