La filosofía de vida de Steve Jobs

Todos sabemos que Steve Jobs fue un extraordinario hombre de negocios y que los fabulosos productos que creó cambiaron sustancialmente el mundo. Pero fue mucho más que eso. Fue un empresario-filósofo, y la filosofía que adoptó fue la causa fundamental de su increíble productividad, éxito y felicidad.

Lo importante para Jobs no era ganar dinero en sí, sino el proceso de creación. «Ser el hombre más rico del cementerio no es lo que me interesa», decía. «Irme a la cama cada noche sabiendo que hemos hecho algo maravilloso. . . eso sí es importante para mí».

Hacer algo maravilloso, según Jobs, no significa hacer algo que otros valoren; significa hacer lo que tú adoras hacer y perseguir una carrera que a ti te hace feliz. Así lo expresó él:

Tu trabajo va a ocupar una gran parte de tu vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer aquello que crees que es un gran trabajo. Y la única manera de hacer un gran trabajo es adorar lo que haces. Si no lo has encontrado aún, sigue buscando. No te acomodes. Como con todos los asuntos del corazón, lo sabrás cuando lo encuentres. Y, como cualquier otra gran relación, sólo mejora más y más a medida que pasan los años. Así que sigue buscando hasta que lo encuentres. No te des por satisfecho.

Para tener éxito en la carrera que elijas, dijo Jobs, no debes aceptar ninguna idea sin realmente entenderla. «Para hacer algo realmente bien, tienes que entenderlo. Tienes que realmente captar esencialmente de qué se trata. Se necesita un compromiso apasionado para verdaderamente comprender algo a fondo, masticarlo, no sólo tragárselo a la primera. La mayoría de la gente no se toma el tiempo de hacer eso».

Jobs despreciaba lo que Ayn Rand llamaba «vivir de segunda mano»: aceptar sin pensar las opiniones de los demás. Su actitud era pensar «de primera mano», de forma independiente: estar orientado principalmente no hacia las opiniones de los demás, sino hacia la realidad como uno la ve. «No te dejes atrapar por el dogma — que es vivir con los resultados del pensamiento de otros –, no dejes que el ruido de las opiniones de otros ahoguen tu propia voz interior», fue su consejo.

Los puntos de vista de Jobs no eran ni arbitrarios ni flotantes; estaban basados en, y procedían de, su reconocimiento del absolutismo de la realidad, de la preciosidad de la vida y la inevitabilidad de la muerte. Como explicó: «Nadie quiere morir. Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para ir allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie jamás ha escapado a ella. Y así es como debe ser, porque la muerte es muy probablemente el mejor invento de la vida. Es el agente de cambio de la vida». Añadió:

Cuando yo tenía 17 años leí una cita que decía algo así como: «Si vives cada día como si fuese tu último, un día seguro que acertarás». Causó una impresión en mí, y desde entonces, durante los últimos 33 años, me he mirado al espejo cada mañana y me he preguntado: «Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que me dispongo a hacer hoy?» Y cada vez que la respuesta ha sido «No» durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo.

En resumen, la filosofía de Jobs sostiene que lo que más importa es averiguar qué es lo que adoras hacer, perseguir de forma apasionada una carrera en ese campo, estar comprometido con entenderlo a fondo — siempre basándote en tu propio juicio –, vigilar en qué empleas su tiempo, y ajustar constantemente tus actividades para conseguir la mayor felicidad posible.

Hemos visto los frutos que estas ideas tuvieron en la vida de Jobs. Imaginad lo que supondría si su filosofía fuese tan universalmente adoptada como sus productos.

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por Craig Biddle, presidente de The Objective Standard. Traducido, editado y publicado con permiso del autor.

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