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Cómo reducir el gasto público

Propuesta: Cortemos en un 20% el presupuesto del gobierno en todo. Sin discusión, sin excepciones. . . . ¿Puedes imaginarte cómo se dispararía la Bolsa, y luego la economía, si se aprobara?
Tú o yo sabríamos cómo recortar el presupuesto del gobierno de forma optimizada. Pero dado el grado de confusión de las cosas hoy, que es lo que determina lo que se le puede “vender” o no al público, ofrezco esta propuesta: un recorte general del 20%. Sin discusión, sin excepciones. Ese número podría ser negociado, y un 15% también serviría (aunque observad que el presupuesto puede ser aumentado en un 20% o más sin que nadie rechiste).Esta propuesta no distingue entre la financiación de las funciones propias del gobierno y las que no lo son, así que no es ideal, filosóficamente hablando. Pero es contextualmente perfecta, porque zanja de una vez el debate sobre lo que se puede recortar o no. Enfoca nuestra atención en el tamaño del gasto público y la absoluta y urgente necesidad de reducirlo, en vez de distraernos con argumentos sobre quién tiene la mayor necesidad («pero la educación es esencial…, y qué pasa con los pobres…, etc.”). Los recortes selectivos degeneran en argumentos sobre quién será el chivo expiatorio, haciendo que la cuestión pase de ser «¿cuánto?» a “¿quién?».

Mi propuesta, aunque no sea justa, contiene en sí misma una cierta ecuanimidad: trata a todos los demandantes por igual.

Tened en cuenta que no estoy hablando sólo de «gastos discrecionales». El recorte se aplicaría a todos y cada uno de los que reciben botín del gobierno, sea el ejército o los beneficiarios de la Seguridad Social.

¿Puedes imaginarte cómo se dispararía la Bolsa, y luego la economía, si se aprobara?
# # #[Nota interna de Harry Binswanger a los miembros de su lista en HBL, enviada el 26 de enero de 2011. Publicada con permiso del autor.]

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