Hoy día, tanto el estímulo fiscal (defendido por Keynes) como el estímulo monetario (defendido por Friedman) han sido desacreditados en favor de las ideas no intervencionistas de Hayek.
En su día, John Maynard Keynes ridiculizó a quienes él llamó «los hombres prácticos», a quienes se creen inmunes a la influencia de las ideas, cuando en realidad son «esclavos de algún economista difunto». Pues bien, el economista difunto que esclaviza a la mayoría de los hombres prácticos hoy en día es el propio Keynes, cuyas teorías son la raíz de la absurda noción que podemos resolver una crisis de deuda gastando dinero que no tenemos y hundiéndonos cada vez más y más en esa deuda.
El lado positivo de la recesión actual es que está a punto de desacreditar a Keynes, al demostrar lo inútiles que son los «estímulos» del gobierno. Tanto el estímulo fiscal (defendido por Keynes) como el estímulo monetario (defendido por Friedman) están siendo desacreditados en favor del no-intervencionismo de Hayek.
Keynes, Friedman y Hayek fueron los paladines de las tres escuelas más influyentes en el pensamiento económico del siglo XX. Hayek estaba asociado con la escuela austriaca, que floreció en el siglo XIX e inicios del siglo XX, y que afirmaba que el sector privado debe ser libre para poder realizar cualquier reajuste durante una recesión.
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