[Como estamos en puertas de una crisis aún mayor que el «crash del 29» en Estados Unidos, parece muy apropiado recordar qué es lo que causa las crisis, y la única forma de evitarlas (aunque en este caso — en el 2023 — es demasiado tarde para evitar lo que se nos viene encima; no hay vuelta atrás, la depresión ocurrirá sí o sí).
Y citando a Ayn Rand: «Una economía libre no provoca crisis. Todas las recesiones son causadas por la interferencia del gobierno, y la cura que siempre nos ofrecen… es que tomemos más de los mismos venenos que causaron los desastres».]
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El récord de 1929 – la mayor caída del mercado bursátil en un solo día – fue superado en 1987, pero el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, no hizo nada.
Resultado: la economía se recuperó, y hubo 20 años de crecimiento sostenido, con baja inflación y bajo desempleo.
Cuando la gente se entera que eres economista, a menudo quieren que hagas una predicción de hacia dónde irá la economía, y recientemente parece haber más solicitudes de lo normal. Pero un economista sabe mucho mejor que otros lo peligrosas que pueden ser estas predicciones.
Una de las razones es que lo que sucede en la economía está influenciado por lo que hacen los políticos en Washington, y ¿quién puede predecir lo que los políticos van a hacer? Pero voy a arriesgarme y tratar de predecir lo que los políticos no van hacer.
Lo que probablemente haría a la economía recuperarse rápida y completamente sería que el Presidente de los Estados Unidos y los líderes del Congreso se callasen de una vez y dejasen de entrometerse en la economía, pero que eso ocurra es virtualmente imposible.
¿Cómo vas a decirles a los millones de personas que han perdido sus empleos, sus hogares o sus negocios: «Realmente os fastidié, pero… oye, nadie es perfecto, así que ahora voy a dejar las cosas como están»…? De hecho, sería difícil incluso decirse eso a uno mismo. Si el estímulo no funciona, sus partidarios deben pensar que es sólo porque no se le ha dado suficiente tiempo, o porque no se ha gastado suficiente dinero.
Siempre hay quien pide que el gobierno «haga algo» cuando las cosas van mal, y quien lo hace casi nunca se molesta en comprobar lo que realmente sucede cuando el gobierno hace algo, comparado con lo que sucede cuando el gobierno no hace nada.
No son sólo los economistas de libre mercado quienes piensan que el gobierno puede crear un desastre mucho mayor con sus intervenciones. Fue nada menos que Karl Marx quien le escribió a su colega Engels: «la grotesca intromisión de las autoridades» puede «agravar una crisis existente».
La historia de los Estados Unidos está repleta de evidencia sobre los efectos negativos de la intervención del gobierno. Durante los primeros 150 años de existencia de ese país, el gobierno federal no pensó que fuese su papel intervenir cuando la economía se desaceleraba, y todas las crisis terminaron mucho antes que la primera crisis en la que el gobierno federal intervino a lo grande: la Gran Depresión de la década de 1930.
Hay dos hipótesis contradictorias sobre lo que sucedió durante la Gran Depresión. La más popular, especialmente entre los políticos, es que el mercado falló y el gobierno tuvo que intervenir para salvar la economía. La otra es que el mercado cayó y estaba saliendo de la crisis cuando la intervención federal abortó la recuperación, creando un desempleo masivo. Si no te importan los hechos, puedes elegir cualquiera de las hipótesis, y desde luego la primera gana el concurso de popularidad.
Pero si te fijas en los hechos verás lo siguiente: El desempleo nunca llegó a los dos dígitos en ninguno de los 12 meses siguientes al gran «crash» del 29, al que se culpa por el enorme desempleo de la siguiente década.
El desempleo llegó al 9% dos meses después del «crash» y luego empezó a bajar, llegando hasta el 6,3% en junio de 1930, cuando tuvo lugar la primera gran intervención federal. Seis meses después, la tendencia a la baja del desempleo se había invertido, alcanzando los dos dígitos por primera vez en diciembre de 1930.
¿Qué hicieron los políticos? ¿Dijeron: «lo hemos fastidiado todo»?… ¿o siguieron probando una gran intervención tras otra? Los datos muestran lo que hicieron: las intervenciones del presidente Hoover fueron sucedidas por otras aún mayores del presidente Roosevelt, y el desempleo se mantuvo en dos dígitos todos los meses durante el resto de la década.
Hay otra serie de hechos: El récord de 1929 – la mayor caída del mercado bursátil en un solo día – se quebró en 1987, pero en esa ocasión el presidente Ronald Reagan no hizo nada (y fue criticado por eso en los medios de comunicación). El resultado: la economía se recuperó, y tuvo 20 años de crecimiento sostenido, con baja inflación y bajo desempleo.
¿Puedes imaginarte a los políticos actuales haciendo lo mismo que hizo (o dejó de hacer) Ronald Reagan? Yo ciertamente no apostaría por ello.
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Por Thomas Sowell, publicado en Jewish World Review el 8-sept-2010
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