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La radicalidad de «La rebelión de Atlas»

Con la publicación de La rebelión de Atlas en 1957, Ayn Rand se convirtió en el genio literario más notable: una revolucionaria moral. Para cualquiera interesado en ideas, ese es un libro que merece ser leído y releído.

Para la mayoría de la gente, leer La rebelión de Atlas es una experiencia inolvidable. La historia es apasionante, incorporando numerosos misterios e inesperados – aunque lógicos – giros en la trama. Los personajes son únicos (¿qué otro libro tiene un filósofo convertido en pirata?) y la redacción es la más rara de las combinaciones: a la vez clara y profunda. Pero, para muchos lectores, Atlas es aún más: les cambia la vida.

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Más de sesenta años después de su publicación, ¿cómo puede una novela ejercer todavía ese poderoso efecto? Pues porque, en sus páginas, Ayn Rand te obliga a mirar al mundo desde una nueva perspectiva.

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Para dar una idea de su radicalidad, consideremos que hoy en día es de lo más común pensar que el hombre bueno es como la Madre Teresa; alguien que desinteresadamente vive para servir a los demás, y exige que tú hagas lo mismo. El hombre malo es egoísta; persigue sus propios intereses y exige que sus acciones le beneficien. Cuando un programa de televisión o una película necesita un típico «malo», alguien cuya motivación no requiera explicación, puedes estar seguro de que un empresario erigiendo un edificio de oficinas en un terreno arbolado, o una empresa probando una medicina experimental serán pre-seleccionados. Basta señalar que están buscando un beneficio para que sean condenados. Más asesinatos en televisión son cometidos por empresarios que por gangsters y mafiosos.

El conjunto de este punto de vista, afianzado durante siglos por pensadores tanto religiosos como laicos, es lo que Atlas desafía. Lo que emerge de sus páginas es que el hombre moral es, de hecho, verdaderamente egoísta: es alguien que decide abrazar su propia la vida, decidiendo – de forma intencionada, sistemática e inexorable – pensar, y tomar las medidas necesarias para su felicidad.

Bajo este enfoque, una racionalidad excepcional y la producción de riquezas cada vez mayores – el núcleo de lo que se necesita para tener éxito en los negocios – se convierten en la esencia de la vida moral.

Hay una escena hacia el principio de Atlas, en la que el industrial Hank Rearden recuerda cómo creó un metal superior al acero, una escena que capta perfectamente la originalidad de la novela al proyectar lo que es la excelencia moral.

«…las noches pasadas al pie de hornos candentes en el laboratorio de investigación de la fábrica . . . las comidas, interrumpidas y abandonadas por el repentino chispazo de una nueva idea, una idea que tenía que ser analizada inmediatamente, probada, testada, trabajada durante meses, y desechada como un fracaso más . . . la única idea mantenida inmutable durante un lapso de diez años . . . la idea de una aleación de metal que hiciera más que el acero había hecho nunca . . . los actos de . . . forzarse a sí mismo a soportar la convulsionada tortura de: «…aún no es suficiente…» y continuar, continuar sin más motor que la convicción de que podía ser hecho – y luego el día en que fue hecho y el resultado fue llamado Rearden Metal».

Nadie hasta ahora había pensado que hombres como Aristóteles, Newton, Edison y Vanderbilt podían ser ejemplos morales. Pero esta imagen – del hombre solitario en su laboratorio o su oficina, el hombre que opta por realizar el esfuerzo necesario de pensar y crear sus valores – esta es la imagen de Atlas de lo que es un santo moral.

¿Y qué pasa con el arraigado código moral que exige que, en nombre de los «pobres de espíritu», un hombre como Rearden sacrifique desinteresadamente su creación, su beneficio y su felicidad en favor de los que no se lo han ganado?

Todo este código, Atlas declara, es inmoral. Lo que la lógica de la historia revela es que el objetivo mismo de ese código es conseguir que el bien se entregue voluntariamente al mal. Atlas es la historia de la rebelión de hombres como Rearden, que son los realmente morales, contra un código de moralidad que condena el egoísmo y exige el sacrificio de los ricos de espíritu a los pobres de espíritu.

Con la publicación de La Rebelión de Atlas en 1957, Ayn Rand se convirtió en el más notable de los individuos: un revolucionario moral. Para cualquiera interesado en ideas, es un libro que merece ser leído y releído.

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por Onkar Ghate – Profesor de Filosofía del Ayn Rand Institute. Publicado en el Orange County Register, 6 de mayo de 2007.  Traducción: Objetivismo.org.
Usado con permiso. Prohibida la reproducción.

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toxin
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Sabeis por qué los malos son casi siempre los empresarios?. Porque la mayoría imponen su modo de pensar y actuar a los demás, pisotean y apuñalan por la espalda solo para lograr sus objetivos. Tomemos por ejemplo lo del edificio… Leer más »

César González
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Omingod te debo las gracias. Ahora me doy cuenta de que la versión que leí de El Manantial está censurada, no tenía idea sobre la violación de Dominique. No sé hasta que punto esto influye en la trama o si… Leer más »

Ricardo
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!Hola¡ Tengo una duda sobre las ediciones que tiene El Grito Sagrado sobre los ejemplares de Ayn Rand. Me he percatado que en las ediciones de tapa blanda tienen más páginas que las de tapa dura, algo que a mi… Leer más »

Alberto
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¡Muchas gracias! Me lo acabo de acabar, y me ha escantado la verdad (o, más exactamente, me ha vuelto a encantar :P) Si, es un tocho muy gordo, aunque creo que es porque es la version de bolsillo, y es… Leer más »

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