¿Es hora de largarlo todo?. «Nunca tomes las cosas literalmente cuando no son relevantes; o mejor dicho, tómalas literalmente cuando se apliquen literalmente. ¿Qué quiero decir con eso? Bueno, en Atlas Shrugged muestro a los hombres declarándose en huelga. Mientras no hayamos alcanzado el estado de censura de ideas, uno no tiene que abandonar una sociedad de la forma que los personajes lo hicieron en Atlas Shrugged. Uno aún no tiene que cortar la relación con la sociedad. Pero, ¿sabes lo que tiene que hacer? Uno tiene que cortar todas las relaciones con la cultura. Lo que significa: mientras vivas en esta sociedad, corta todos los lazos culturales; o sea, retira tu aprobación de gente, grupos, escuelas o teorías que prediquen las ideas que te están destruyendo. . . . Si has leído Atlas, entenderás lo que quiero decir por la situación de la *sanción de la víctima*. . . .
«Ahora bien, esto es lo que tenemos que hacer hoy: cualquiera que se tome en serio salvar al mundo tendría en primer lugar que descartar todas sus ideas, la filosofía cultural completa dominante hoy. No aceptes ninguna de sus ideas. Mantente independiente como si te hubieras retirado a un valle lejano, como en Atlas. Mantente por ti mismo, por tu propia mente. Verifica tus premisas. Define tus convicciones, defínelas racionalmente. No aceptes nada por fe, y no creas que tus mayores saben lo que hacen, porque no lo saben. Tenéis que ser los responsables creadores de una nueva cultura, si ha de haber una cultura. Ese es el sentido en el que Atlas es aplicable a nuestra época. . . .
«Puedes observar en la historia de la filosofía que todas las ideas cambian según la época, pero la moralidad es el único reino que no ha cambiado; sólo sus formas superficiales han cambiado. A los hombres les han enseñado que tienen que vivir por otros, que tienen que ser animales sacrificables. . . . Deslígate de la moralidad del altruismo. No tengas miedo de afirmar *tu* derecho a existir, pero no lo afirmes como un capricho arbitario. Para triunfar, tienes que saber cómo justificarlo, racional y filosóficamente; y por qué tienes ese derecho. . . . Cuandos los hombres abandonen todas las ramificaciones del altruismo, entonces verás lo benevolente y lo ideal que podría ser la sociedad; y América casi lo consiguió. Lo más próximo que el mundo estuvo a eso fue a finales del siglo XIX. . . .
«No puedes ni imaginarte el magnífico mundo que América tenía. Pues no ha desaparecido del todo, y está en tu poder el reconstruirlo otra vez. Pero el retiro en el que tienes que entrar es cultural. Deslígate del altruismo y de cualquier idea que esté basada en él. Al menos haz el esfuerzo de pensarlo y analizarlo muy cuidadosamente. Te sorprenderá lo fácil que va a ser esa revolución y lo difícil que parece ahora, aunque no lo sea. Dedica aunque sea un solo día a pensarlo, y tendrás una perspectiva diferente. A ver, no quiero decir que eso sea lo único necesario. Quiero decir, dedica un día a considerar si es posible, y después de ello tendrás que pensar mucho más intensamente de lo que has hecho antes, porque tendrás que hacerlo exclusivamente por ti mismo, basándote únicamente en tu propio juico y en la lógica de los argumentos que escuches o consideres, rechazando todas las autoridades, rechazando todos los clichés, y no aceptando nada por fe. Pero si lo pruebas, te quedarás sorprendido de lo cerca que tenemos el Renacimiento, y depende de cada ser humano el luchar por él».
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“Quien lucha por el futuro vive en él hoy”.
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Fuentes:
Citado en “Essays On Ayn Rand´s Atlas Shrugged”, editado por Robert Mayhem. Capítulo titulado “Discovering Atlantis — Atlas Shrugged´s Demonstration of a New Moral Philosophy”, por Gregory Salmieri, páginas 449-450.
The Objectivist—August 1969, Introduction to «The Romantic Manifesto», by Ayn Rand
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Respecto a cortar todos los lazos culturales con las personas o grupos que discrepan con lo que uno piensa me viene a la mente el Partido de la libertad individual y su decidida defensa del anarcocapitalista, es decir, del anarquismo… Leer más »
Si cada hombre se ocupara de dirigir su propio destino, sin mirar si es aprobado por la sincronía habitual enquistada en un carril de ovejas entregadas, sería distinta la percepción del mundo que nos rodea. René Edgardo Sommariva.