El gobierno no pinta nada actuando en situaciones “potenciales”.
El que haya personas que puedan ser potenciales asesinos, o ladrones, o asaltantes, o portadores de virus, no le otorga al gobierno poderes preventivos como bloquear carreteras, prohibir las armas, imponer toques de queda, cuarentenas, etc.
Los gobiernos no tienen ninguna autoridad sobre cosas “potenciales”. Su única autoridad deriva de proteger los derechos de las personas a actuar, y la única forma adecuada que tienen de hacerlo es vigilar y prevenir acciones que son coercitivas y que son reales.
En las pandemias, el ámbito correcto para la propia seguridad recae en los individuos y en las empresas privadas, y todos ellos son más que capaces de establecer sus propias reglas y de mantenerse a salvo en la mayoría de los casos.
Eso se aplica también a asesinos y ladrones. Las personas hacen todo lo posible para establecer procedimientos de seguridad y de esa forma evitar contacto con esos malhechores, o para lidiar con ellos. Como con la mayoría de las cosas en la vida, no hay garantías de seguridad total, pero una persona racional puede aproximarse mucho a esa garantía, a menos que sea víctima de la casualidad y la mala suerte.
Mi hija y yo hemos lidiamos con la pandemia actual como hace la mayoría de la gente. En el supermercado, si alguien se acerca demasiado, aguantamos la respiración y nos alejamos. Los vecinos se paran a tres metros de distancia mientras conversan. Cuando corremos o caminamos al aire libre, les damos un amplio margen a quienes están cerca. Yo me separo tres metros de distancia de mis asociados comerciales y de mis clientes. No nos llevamos las manos a la cara NUNCA, ni siquiera en casa, y nos lavamos las manos más de 10 veces al día, incluso después de tocar cosas en los armarios que pueden haber entrado en contacto en algún lugar del sistema económico.
Nada de lo anterior es una garantía de seguridad para mi hija y para mí; pero no necesitamos que el gobierno nos imponga conductas sobre distanciamiento, o reglas sobre cierres de negocios, o cuántas veces al día tenemos que lavarnos las manos. De hecho, es una violación de nuestros derechos el que lo haga.
Si se les deja solos, los participantes en un mercado libre se adaptarán a las pandemias que puedan venir. Ellos tienen un interés egoísta en hacerlo. Se prepararán para la próxima vez: mascarillas, gel antiséptico, respiradores, reglas de distanciamiento, sistemas de aire limpio, horarios de trabajo escalonados, trabajo en casa, entrada espaciada en edificios, límites al formar grupos, mejores seguros para quienes tienen condiciones de riesgo previas, etc. Los negocios establecerán reglas muy estrictas para sus clientes, y echarán a la calle a quienes no las cumplan.
Lo que estamos viendo actualmente es a ciudadanos que están siendo tratados como niños por fascistas oportunistas. Esto es una emergencia, pero es una emergencia diferente a un incendio o a un huracán. Es una complicación seria en la vida, un obstáculo que puede ser abordado adecuadamente por personas racionales, incluso aunque haya gente irracional que no lo aborde racionalmente.
Lo único que debe cambiar en la actuación del gobierno durante una pandemia es lo que normalmente se entiende por coerción: ahora debe incluir a quienes son portadores comprobados de un virus letal (como VIH o Covid), que ahora deben ser considerados amenazas coercitivas en ciertas circunstancias; pero el gobierno no debe asumir la potencialidad, no debe asumir que todo el mundo es culpable hasta que se demuestre su inocencia. Ese es el camino seguro y directo hacia el fascismo.
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Fuente:
Escrito basado en un comentario de David Elmore publicado en abril del 2020 en la lista de discusión Objetivista HBL
Traducido, editado y publicado por Objetivismo.org con permiso del autor
[Nota del Traductor: La situación mundial que estamos atravesando es compleja y sin precedentes. Las opiniones expresadas en este escrito no son necesariamente las opiniones de la dirección de Objetivismo Internacional, ni están necesariamente en consonancia con la filosofía de Objetivismo.]
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Pero el gobierno, para poder controlar o conocer a los que tienen el virus debería hacer test preventivos, lo cual también es una violación a los derechos humanos y a la privacidad.
Aguantar la respiración como remedio para no contagiarse. Alucinante, es increible que estas cosas se publiquen.