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Ineptocracia

Ineptocracia (In-ept-o-cra-cia): «Un sistema de gobierno en el que los menos aptos para liderar son elegidos por los menos capaces de producir, y en el que aquellos miembros de la sociedad menos capaces de sustentarse a sí mismos o de triunfar son recompensados con bienes y servicios procedentes de la riqueza que le ha sido confiscada a un número cada vez menor de productores«. [Nuevo concepto circulando en internet].

Humor aparte, hemos seleccionado estas citas de La Rebelión de Atlas que explican de forma clara y elocuente la esencia de ese nuevo concepto:

«Propones establecer un orden social basado en los siguientes términos: eres incompetente para manejar tu propia vida pero competente para manejar las vidas de otros – eres inadecuado para existir en libertad pero adecuado para convertirte en un gobernante omnipotente – eres incapaz de ganarte la vida mediante el uso de tu propia inteligencia pero capaz de juzgar a los políticos y elegirlos para puestos de poder absoluto sobre artes que nunca has visto, sobre ciencias que nunca has estudiado, sobre logros de los cuales no tienes conocimiento, sobre industrias gigantes en las que tú, por tu propia definición de tu capacidad, serías incapaz de realizar con éxito el trabajo de ayudante de engrasador.

«Este ídolo de tu culto de adoración al cero, este símbolo de la impotencia – el dependiente congénito – es tu imagen del hombre y tu criterio de valor, en cuya semejanza te esfuerzas por remodelar tu alma. “Es sólo humano”, lloriqueas en defensa de cualquier perversión, llegando al nivel de autodegradación en el que intentas que el concepto “humano” signifique el endeble, el necio, el corrupto, el mentiroso, el fracasado, el cobarde, el fraudulento, y desterrar de la raza humana al héroe, al pensador, al productor, al inventor, al fuerte, al decidido, al puro – como si “sentir” fuese humano, pero pensar no; como si fracasar fuese humano, pero tener éxito no; como si la corrupción fuese humana, pero la virtud no – como si la premisa de la muerte fuese apropiada para el hombre, pero la premisa de la vida no».

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«Tú, que nunca comprendiste la naturaleza del mal; tú, que los describes como “idealistas confusos” – ¡que el Dios que inventaste te perdone! – ellos son la esencia del mal, ellos, esos objetos anti-vivientes que intentan, devorando al mundo, llenar el desinteresado cero de su alma. No es tu riqueza lo que buscan. Lo suyo es una conspiración contra la mente, lo que significa: contra la vida y el hombre.

«Es una conspiración sin líder ni dirección, y los pequeños rufianes de turno que se aprovechan de la agonía de una nación u otra son escoria fortuita flotando en el torrente del dique roto de la cloaca de los siglos, de los pantanos de odio contra la razón, la lógica, la habilidad, los logros, la felicidad, almacenados por cada llorón anti-humano que alguna vez predicó la superioridad del “corazón” sobre la mente.

«Es una conspiración de todos los que intentan, no vivir, sino salirse con la suya viviendo, aquéllos que intentan engañar sólo un poquito a la realidad y se sienten atraídos, por emoción, hacia todos los otros que están ocupados engañándola otro poquito – una conspiración que une con lazos de evasión a todos los que persiguen el cero como un valor: el profesor que, incapaz de pensar, se complace en mutilar las mentes de sus alumnos; el hombre de negocios que, para proteger su estancamiento, se complace coartando la habilidad de sus competidores; el neurótico que, para defender el odio que tiene de sí mismo, se complace destruyendo a los hombres de autoestima; el incompetente que se complace en derrotar el logro, el mediocre que se complace en demoler la grandeza, el eunuco que se complace en castrar todo placer – y a todos sus fabricantes de munición intelectual, a todos quienes predican que la inmolación de la virtud transformará vicios en virtudes. La muerte es la premisa en la raíz de sus teorías, la muerte es el objetivo de sus acciones en la práctica – y vosotros sois sus últimas víctimas».

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«Saquear la habilidad ha sido el objetivo de todos los credos que han predicado el sacrificio. Los saqueadores siempre lo han sabido. Nosotros no. Ha llegado el momento de que abramos los ojos. Lo que ahora nos piden que adoremos, lo que antes había sido disfrazado como Dios o rey, es la desnuda y retorcida figura sin mente del incompetente humano. Ese es el nuevo ideal, el fin a alcanzar, el objetivo por el que vivir, y todos los hombres han de ser recompensados de acuerdo a cuánto se acerquen a él. Esta es la era del hombre común, nos dicen, un título al que cualquier hombre puede aspirar en la medida en que pueda distinguirse por conseguir no conseguir nada: ascenderá a un rango de nobleza por medio del esfuerzo que ha dejado de hacer, será honrado por virtudes que no ha demostrado, y se le pagará por bienes que no ha producido. Pero nosotros – nosotros, que debemos expiar la culpa de ser competentes – trabajaremos para mantenerlo como él ordene, con su placer como nuestra única recompensa. Como somos los que más podemos contribuir, seremos los que menos podremos hablar. Como tenemos mejor capacidad de pensar, no se nos permitirá ningún pensamiento propio. Como tenemos criterio para actuar, no se nos permitirá ninguna acción que nosotros decidamos. Trabajaremos bajo directivas y controles emitidos por aquellos que son incapaces de trabajar. Ellos dispondrán de nuestra energía porque no tienen ninguna que ofrecer, y de nuestra producción porque ellos no pueden producir. ¿Dices que es imposible, que no pueden hacerlo funcionar? Ellos lo saben, pero eres tú el que no lo sabes, y ellos cuentan con que tú no lo sepas. Ellos cuentan con que sigas adelante, trabajando hasta el límite de lo inhumano y alimentándolos mientras dures – y cuando te desplomes, habrá otra víctima que esté empezando y los alimente, mientras lucha por sobrevivir – y el plazo de cada víctima sucesiva será más corto, y mientras tú te morirás dejándoles un ferrocarril, tu último descendiente en espíritu se morirá dejándoles una barra de pan. Eso no les preocupa a los saqueadores del momento. Su plan – como todos los planes de todos los reales saqueadores del pasado – es sólo que el botín les dure durante el resto de sus vidas. Siempre ha durado antes, porque en una generación no podían quedarse sin víctimas. Pero esta vez no durará. Las víctimas están en huelga. Estamos en huelga contra el martirio – y contra el código moral que lo exige. Estamos en huelga contra los que creen que un hombre debe existir por el bien de otro. Estamos en huelga contra la moralidad de caníbales, sea practicada en cuerpo o en espíritu. No trataremos con hombres en términos que no sean los nuestros, y nuestros términos son un código moral que afirma que el hombre es un fin en sí mismo y no un medio para algún fin de otros. Nosotros no buscamos imponerles nuestro código a ellos. Ellos son libres de creer lo que quieran. Pero, por una vez, tendrán que creerlo y existir – sin nuestra ayuda. Y, de una vez por todas, aprenderán el significado de su credo.»

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Fuentes:

– Diferentes secciones de La Rebelión de Atlas. *** Traducción: Objetivismo.org ***

(Citas seleccionadas por los editores de Objetivismo.org. Aunque el concepto de «ineptocracia» como tal nunca fue usado por Ayn Rand en sus obras, creemos que sintetiza brillantemente la esencia de los sistemas políticos actuales).

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ALBERTO LOZANO DE ICAZA
ALBERTO LOZANO DE ICAZA

ESTO define claramente la situación que se vive con el actual gobierno de México «una auténtica INEPTOCRACIA como se le atribuye (erróneamente o no a JEAN D’ORMESSON ) no existe antecedente escrito que lo demuestre como autor intelectual a lo… Leer más »

José Hernández
José Hernández

El mejor ejemplo de Ineptocracia es lo que está ocurriendo en Venezuela con el Chavismo.

Pedro Pablo Alcalde
Pedro Pablo Alcalde

Ineptocracia, es tal como ocurre en Chile, Bachelet quien dice ser doctora pero fue enfermera con aspiraciones, un desastre de vida personal, un desastre de hijos y un pueblo inculto que le dio el voto por los bonos entregados por… Leer más »

JovenEncarcelado
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Ineptocracia = Venezuela.

Ayn Rand

La fuerza que el gobierno apropiado ejerce sobre los criminales no es para defender a la sociedad, sino a un individuo. Un asesino no perjudicó a «la sociedad», mató a un hombre individual. Violó, no un derecho «social», sino un derecho individual.

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