Entrevista de Johnny Carson a Ayn Rand (1967). (Subtitulada en español, 26 minutos)
El 11 de agosto de 1967 Ayn Rand apareció como invitada en el programa de televisión del popular Johnny Carson, «The Tonight Show».
Carson se quedó prendado con el encanto de Ayn Rand hasta el punto de cancelar a todos sus otros invitados y dedicarle el show completo a ella. Después de este video, la cadena de TV NBC confirmó que había recibido el mayor número de cartas en un año, y casi un récord en la historia del show. En una segunda entrevista (el 26 de octubre del mismo año, no se sabe si existe grabación de esta entrevista), se recibieron 3.000 cartas, todas favorables excepto sólo 12 negativas. (Información compartida por el biógrafo oficial de Johnny Carson).
Entrevista completa con subtítulos. Traducción: Objetivismo.org
“The Tonight Show” (1967) con Johnny Carson
– Mi próxima invitada está aquí por primera vez en nuestro show. Es tal vez una de las más intensas, quizás una de las voces más intelectuales en América hoy. Sus libros son “El Manantial”, que ha sido producido como película; y “La Rebelión de Atlas”, que ha vendido millones de copias.
Y algunos dicen que su Newsletter sobre Objetivismo es una de las publicaciones más vitales en el mundo hoy. Este es su nuevo libro, llamado “Capitalismo: El Ideal Desconocido”. Creo que os parecerá una persona de lo más fascinante y polémica. Por favor démosle la bienvenida a la Sra. Ayn Rand.
Es ciertamente un placer tenerla con nosotros esta noche.
– Estoy encantada de estar aquí.
– Sé que usted probablemente no aparece en muchos programas como este, es un tipo de show de entretenimiento loco, normalmente, aunque de vez en cuando nos gusta sentarnos y oír algunas opiniones de gente que es importante en el mundo hoy.
– Bueno, pues yo no estoy en contra de los programas de entretenimiento, incluso veo tu show muy a menudo.
– Eso me agrada mucho. Hablaremos de esto después. Sé que es muy difícil presentar principios filosóficos como “Objetivismo” en un breve período de tiempo, o condensarlo…
– Cierto.
– Pero ¿puede darnos alguna idea básica sobre Objetivismo y los principios filosóficos básicos que usted defiende?
– Muy bien. Lo haré de forma muy breve, entendiendo que quien esté realmente interesado lo mirará en mis libros, principalmente en “La Rebelión de Atlas”, porque está claro que no puedo hacer un larga disertación ni dar la prueba aquí. Así que, sólo mencionando lo esencial:
El principio básico de Objetivismo es que el hombre debe guiarse exclusivamente por la razón. La razón es la facultad que identifica e integra el material proporcionado por los sentidos (esa es la definición formal); que la razón es la única herramienta de conocimiento del hombre, su única guía para la acción, y su única guía para elegir sus valores.
Como consecuencia de eso, la ética – o moralidad – apropiada para el hombre es una moralidad de “interés propio racional”, lo que significa que cada hombre tiene derecho a existir por sí mismo, y que no debe sacrificarse a sí mismo por otros, o sacrificar a otros por él; que el logro de su propia felicidad racional es el objetivo más alto de su vida.
Como consecuencia de ello, el único sistema, el único sistema político que expresa esa moralidad es el sistema de capitalismo “laissez-faire”, y con ello quiero decir: un capitalismo totalmente libre, sin regulaciones ni controles, un sistema basado en el reconocimiento de los derechos individuales, incluyendo los derechos de propiedad, en el que toda propiedad pertenece a individuos privados.
El principio que conecta la moralidad con la política es el principio de que ningún hombre tiene derecho a iniciar la fuerza física – violencia, compulsión – contra otros hombres.
Los hombres tienen ciertamente el derecho a defenderse, pero ningún hombre ni grupo de hombres – eso incluye al gobierno – tiene derecho a *iniciar* la fuerza para obligar a un hombre a actuar contra su propio juicio.
Esa es la esencia de la filosofía, pero si quieres que ilustre lo que significa… significa esa canción tan bonita que acabamos de oír, que fue cantada de forma brillante, sólo que al contrario [la canción era “El Sueño Imposible”, de El Hombre de La Mancha.]
Significa que el hombre, si elige sus ideales racionalmente, puede y debe conseguirlos, aquí en la Tierra, en la realidad; que no existen alturas que el hombre no pueda alcanzar, no hay metas inalcanzables. En otras palabras, apruebo totalmente lo que hace que a la gente le guste la canción, pero no apruebo su contenido. Yo digo que el hombre *puede* ser feliz, *puede* conseguir su ideal, aquí y en la Tierra.
– Estamos aquí con la Sra. Rand esta noche. Su Objetivismo es, en cierta forma, aunque hay mucha controversia . . . es casi contrario a… supongo… a las creencias culturales con las que la gente ha crecido. ¿Cierto?
Como lo de sacrificarte para el bien de tus prójimos, no tener ese egoísmo ni auto-sacrificarse, como usted lo llama.
– No “casi” lo contrario. *Exactamente* lo contrario.
– Y usted dice que el hombre antes que nada debería servir su propio interés, e interesarse por sí mismo primero.
– Yo no diría “primero”. Yo diría: “exclusivamente”. Pero habría que explicar esto.
Otros hombres pueden ser de interés para un individuo siempre que representen valores, valores morales. La mejor forma de servir tus propios intereses es encontrar y asociarte con – trabajar con – el tipo de gente apropiada.
Por lo tanto, otras personas pueden tener valor – pueden ser de gran valor para un hombre – pero solamente *cuando* y *si* corresponden a los ideales morales de ese hombre. Si no, no.
En otras palabras, un hombre no tiene por qué servir nadie más, sólo a sí mismo; pero de hecho lo hace cuando sus intereses y sus valores coinciden.
– Usted dijo… “servirse a sí mismo”… creo que usted dijo… usted habló de valores con bastante frecuencia y por qué los hombres necesitan valores y cómo los consiguen. Porque usted dice: “El hombre viene al mundo sin ninguna noción preconcebida sobre valores o conceptos, y los aprende”.
¿Por qué entonces (estábamos hablando de los jóvenes esta tarde) vemos que los niños muy pequeños son, por naturaleza, egoístas? Los niños pequeños están completamente orientados a sí mismos.
¿Eso es algo que aprenden, o es algo inherente en ser muy joven, el estar totalmente centrados en sí mismos?
– Bueno, yo creo que eso es inherente en cualquier cosa que esté viva. Es inherente en cualquier entidad viva. Una entidad que no estuviese preocupada con ella misma, o, por decirlo mejor, una entidad que no se *valorase* a sí misma, no existiría por mucho tiempo.
Ahora bien, los niños están por debajo del entendimiento de estos asuntos y de hecho aún no tienen posibilidad de elegir.
Sólo cuando los niños empiezan a hablar, cuando empiezan a adquirir ideas, entonces es cuando su elección comienza. Y la idea del auto-sacrificio es una idea totalmente artificial, muy malvada, que tanto los niños como los adultos aprenden de otros. Es algo que se pasa de una persona a otra.
Eso no significa que si a un niño se le deja solo, que de forma natural llegue a ser egoísta en el sentido correcto. No, porque es un logro enorme el descubrir el egoísmo racional, no actuar basado en el capricho o en el placer del momento, sino en entender cuál es – racionalmente – un objetivo importante, qué valor tiene para ti, y cómo conseguirlo.
La idea de ser un egoísta racional no es directamente accesible para los niños. Les llevaría un largo tiempo de pensar en eso, o el que se lo enseñaran de forma adecuada, para que lo entendiesen.
– Usted dice que el hombre es un fin en sí mismo, que A es A, y que la Existencia es la Existencia, y que nosotros estamos aquí como un fin en sí mismo.
– Sí.
– ¿Por qué, pues, el hombre, por lo menos a lo largo de la historia conocida, necesita… parece necesitar… algo más? Una creencia, que usted no comparte… supongo, usted no cree en la existencia de un ser supremo o un dios o un creador, o algo así…
– No, no creo en nada de eso.
– (…de la forma que quiera llamarlo…) ¿Por qué el hombre, entonces, parece necesitar eso, desde que el hombre está en la Tierra? ¿Es para racionalizar su existencia aquí…?
– Yo no lo llamaría una “necesidad”. Diría que se apoya en eso por defecto, por omisión, porque todo el contenido de la consciencia del hombre tiene que ser adquirido, adquirido por conocimiento, y tiene que ser descubierto. Cuando le falta el entendimiento adecuado de la vida – o sea, la filosofía correcta de la vida – los hombres recurren a la fe ciega. Lo hacen “por defecto”; los hombres aún no han progresado hasta salir de ello.
– ¿Usted no cree que satisface una necesidad que mucha gente tiene…? Usted dice que es una necesidad, pero que es una necesidad equivocada, ¿es eso?…
– Es una necesidad que llena un vacío, en el sentido de que la verdadera necesidad es la de tener una filosofía consciente de la vida.
El hombre es un ser conceptual. No puede existir de un momento al siguiente; necesita una visión más amplia, un plan a largo plazo. Por defecto, al no tener principios racionales, él recae en la religión, porque eso es lo único que le han ofrecido.
Así que yo considero a la religión como la *infancia* de la humanidad. Es la etapa pre-filosófica, y una gran cantidad de gente aún está en su infancia.
– Usted ha dado muchos cursos en las universidades… ¿usted ha observado esos sentimientos, ese tipo de sentimiento, alejándose de la religión como tal, usando más la racionalidad totalmente, sin fe?
– Nunca he tratado de hacer una encuesta sobre esos temas, pero…
– Lo que quiero saber es qué le han preguntado, y lo que usted ha descubierto…
– Ah, sí. Esto es lo que he encontrado: Que los jóvenes, sobre todo en las universidades, están enormemente ansiosos por encontrar respuestas racionales.
Eso no quiere decir que todos ellos siempre necesariamente serán racionales, pero *necesitan* la búsqueda de la comprensión, de una visión de la vida integrada y coherente, la necesitan enormemente y trágicamente.
Si empiezas a hablarles sobre fe o religión o cualquier otra forma de misticismo, la mayoría de ellos no te va a escuchar con mucho interés.
– Cuando usted habla sobre moralidad, sobre establecer un conjunto de valores,
¿cada individuo establece su propia norma de moralidad?
Porque la moralidad de una persona le afecta a los que le rodean, ¿no es así?
– No. Bueno, claro que les afecta. Pero no, decir que cada persona establece sus propias normas simplemente significaría subjetivismo.
No. Lo que establece las normas es la ciencia de la ética, que es una rama de la filosofía cuya tarea específica es *definir* normas morales. Luego depende de cada individuo decidir si está de acuerdo con ellas; qué normas considera correctas, si lo piensa, qué normas él considera racionales.
Ahora bien, un individuo puede descubrir un nuevo conjunto de normas, pero *no es* algo “subjetivo”, no es simplemente “lo que se le ocurra”. Si descubre un código subjetivo de esos, eso realmente no es moralidad, no es ética. Es lo que llamamos “adoración al capricho”.
– ¿Usted cree que es inmoral el que alguien no sea productivo, que no produzca al máximo de su capacidad?
– No, yo no diría eso.
– Imaginemos que alguien no quiere, digamos, trabajar. Su interés personal está servido no produciendo, o no haciéndolo en su capacidad máxima.
– Espera un momento. Si lo que me preguntas es: “¿Debe todo hombre ser productivo?” Sí, y eso no significa…
– Hasta el límite de su capacidad…
– Sí, pero eso no quiere decir que tenga que matarse a trabajar. Él puede tener otros intereses en su vida también.
Pero como su objetivo principal, si lo que quieres decir es que el primer valor de todo hombre, su objetivo principal, debe ser el trabajo productivo, en cualquier nivel de capacidad, entonces yo diría que sí, ciertamente. Y si un hombre no quiere ser productivo, está siendo inmoral.
– ¿Usted diría que es un “parásito” emocional?
– Si pone a otras personas por encima de su carrera productiva, de su propia mente creativa, entonces sí es un parásito emocional.
– Usted emocionalmente se siente unida a otros… amigos, amigos íntimos, etc.
– Si, claro.
– Pero usted no pone los intereses de ellos por encima de lo que usted hace.
– Nunca hay ningún conflicto. Porque me asocio sólo con personas racionales, y entre personas racionales no hay conflictos.
– Volvemos en seguida.
– Estamos aquí con Ayn Rand. Ed, ¿dijiste que querías preguntar algo?
– Sí. Parece que en nuestra cultura todo nace de las relaciones de amigos y familia, de grupos muy pequeños de marido-mujer-niños, etc. ¿Cómo encajan esos grupos con su filosofía? En otras palabras, ¿cómo se comparte…?
– Como una opción. No veo a la familia como necesariamente la unidad básica de la sociedad, sino que son precisamente los individuos independientes quienes serán los mejores maridos y mujeres, si comparten los mismos valores y los mismos intereses. Ellos formarían las uniones correctas, que serían uniones duraderas.
Pero yo nunca mantendría que la familia es una obligación para el individuo. Si un hombre o una mujer quieren relacionarse o casarse, muy bien. Si no, también muy bien, siempre que lo hagan intercambiando valores racionalmente.
–¿Cuáles son los principales problemas que usted ve que los jóvenes tienen hoy: supongo que “culpa”, “ansiedad”…?
(Hay una mosca zumbando por aquí…)
– (A lo mejor está protestando…).
–¿Usted encuentra mucha ansiedad por ahí? Es una palabra usada muy a menudo por psico-terapeutas hoy… ansiedad… miedos… culpa…
– Sí. Más que nada es “confusión”. Y en consecuencia, a menudo es una culpa *inmerecida*.
Alguna culpa es merecida, desde luego – la gente a veces hace lo que sabe que está mal – pero lo más trágico es la culpa *inmerecida*: gente joven, y gente mayor también, que aceptan culpa por causa de normas morales equivocadas; son gente que realmente no tiene culpa, pero les hacen que se sientan culpables con la cultura actual.
–¿Quién establece las normas morales? Dicen que… la gente dice que la iglesia debería establecer las normas morales, que los padres deberían hacerlo.
– Los filósofos.
– ¿Los filósofos… los establecen?
– Debería ser así. Pero has dicho: ¿Quién *debería*…? Históricamente, es cierto, la iglesia lo ha hecho durante demasiado tiempo y con consecuencias desastrosas. Pero si me preguntas ¿quién *debería* hacerlo…? Los filósofos.
– ¿Y lo están haciendo?
– No, no de la forma que son hoy día, no. No como deberían hacerlo, idealmente.
– Pero no todos los filósofos tienen las mismas opiniones, ¿verdad?
– No. Y por lo tanto, ¿quién es el árbitro? La razón.
– Entonces va a tener que depender de cada individuo, de nuevo…
– Cada individuo tiene que decidir que conclusión a la que *él* llega es la correcta. Pero entonces, ¿cómo determinamos quién tiene razón *objetivamente*? Quien pueda demostrar su argumento. Quien pueda demostrar el tipo de código de moralidad que él defiende, sin contradicciones.
– Leí un artículo suyo hace poco, alguien me lo envió, en el que usted hablaba del servicio militar obligatorio, de la libertad, de la guerra, etc… que un país no debería exigir que un individuo… que no tiene derecho a exigir de un individuo (tal vez yo no tenga el contexto totalmente correcto)…
– Tienes razón.
– … exigir que un individuo sirva… Usted dijo hace un rato que si un país es atacado la gente lo defenderá, luchará, pero usted dijo que no es correcto el que un país les exija a sus ciudadanos…, que un ejército de reclutas forzados no es una buena idea.
– No. Es una idea muy inmoral. Es inconstitucional…
– (Gracias)
– ¿Podemos profundizar en eso un poquito más? Bueno, hemos oído algunos abucheos, que es de esperar.
Siempre que alguien tiene opiniones son contrarias a las normales va a existir algún antagonismo. Y por eso queremos hablar de estas cosas.
– Mis opiniones probablemente serán la norma en el futuro, pero no en este momento.
– Usted dice que un ejército de reclutas, de individuos forzados a hacer el servicio militar, no es un ejército eficaz, y…
– Las autoridades militares han declarado repetidamente que no es un ejército eficaz; que un ejército de voluntarios – un ejército de hombres que saben por lo que están luchando, hablando en términos prácticos – es mucho más efectivo y un ejército mucho mejor. Pero primero, el asunto moral que está por debajo de eso:
Yo afirmo que ningún individuo en particular tiene el derecho a *exigir* la vida de otro individuo. Cada hombre es dueño de su propia vida. Ese es el significado de la idea que el hombre tiene “derecho a la vida” – a su propia vida, no a la vida de ningún otro –.
Así que, si ningún individuo en particular tiene derecho a tu vida… o a la mía, entonces ni diez millones de ellos ni dos mil millones adquieren ese derecho al confabularse contra un hombre individual.
Ningún hombre tiene derecho a exigir la vida de otro, por lo tanto tampoco lo tiene un grupo, ni una nación, ni un país. Los hombres no tienen derecho a la vida de otro ser humano.
– Ahora, por supuesto, sus oponentes dirán que uno nace en un país con libertad, y otros pueblos están intentando asumir control del mundo, y que si no nos mantenemos firmes ahora y protegemos nuestras libertades, puede que estemos perdidos. ¿Qué dice usted al respecto?
– Que eso es una contradicción, porque lo que significa en esencia es: ya que esa gente está intentando quitarte la libertad, entrégasela tú mismo. Ese es el único significado de ese tipo de argumento.
No tienes que rebajarte al nivel de tus enemigos para poder defenderte, hablando moralmente. Y hablando en términos prácticos, desde luego, no funciona.
– Esa guerra, para empezar, parece una cosa totalmente estúpida. Usted no está diciendo, obviamente, que si este país fuese atacado la gente no lucharía.
– Yo diría: Si fuese atacado, claro que sí, la gente lucharía, porque la gente siempre ha luchado por un país libre o incluso medio-libre.
Si me preguntas si es lo correcto luchar cuando tu país está siendo atacado… en defensa propia… Sí, desde luego diría que sí, y los hombres deberían luchar voluntariamente en esa situación, porque es en defensa de sus propios derechos y de su propia libertad.
Pero un país no tiene derecho a *forzarlos* a luchar, sobre todo en una guerra como la de Vietnam, en la que los Estados Unidos no tienen ningún interés en absoluto. No tenemos nada que ganar con esa guerra que está desangrando a este país.
Por lo tanto, me opongo totalmente a todo ese berenjenal en Vietnam, pero por las razones exactamente contrarias a las que todos esos “beatniks” vociferan por ahí. No estoy de acuerdo con ellos, pero me opongo a la guerra en Vietnam porque es una guerra inútil y sin sentido y no sirve ningún interés nacional.
– Volvemos después de este breve mensaje. Permanezca con nosotros.
– Vaya, no sé, tenemos un par de moscas… no sé qué pasa con ellas, están locas…
– ¿De qué le gustaría hablar? Hay tantas preguntas. Obviamente estamos hablando de la guerra… Se convierte en un tira y afloja emocional con mucha gente, ¿no? Porque oyes las palabras:“patriotismo”, “libertad”, “esclavitud comunista”, y parece que a veces la gente se implica emocionalmente en ello, en vez de explicarlo racionalmente…
– Hoy, sí. Pero esa es la tendencia general de la cultura actual, que la gente actúa en la dirección de sus emociones, prefieren no pensar.
– ¿Qué les responde usted a los que dicen que si no nos mantenemos firmes en Vietnam y salimos de allí, que toda Asia irá detrás, y que en algún momento acabaremos entrado en guerra en los Estados Unidos?
– Yo les diría: Asia no es el sitio para empezar a oponerse al comunismo. Diría que hemos abandonado ya tanto en Europa… que si quisieras defender la civilización, y digo “si…” ese es el sitio donde empezar. Pero hablando con propiedad, si quisiéramos salvar el mundo del comunismo, no es necesario entrar en guerra. Lo único que habría que hacer es parar de ayudarles económicamente. Parar de construir puentes hasta ellos, que los han sustentado durante los últimos 50 años.
Ese país se hundiría bajo su propia maldad, si el mundo semi-libre parase de ayudarles constantemente.
– Usted nació en Rusia, lo que ahora es Leningrado, San Petersburgo en aquella época.
– Cierto.
– Obviamente usted es opuesta al comunismo, y se entiende por qué.
– No es por esa razón.
– ¿No por esa razón…?
– No.
– ¿Es por la maldad de…?
– …de la idea del comunismo. Nunca he sido especialmente patriótica sobre Rusia, porque yo era muy joven en la época de la revolución, tenía 12 años. Pero toda la cultura rusa, soy contraria a ella; es una cultura mística. Lo único que me gusta son algunos de los escritores y alguna de su música, pero eso es todo, prácticamente. Soy mucho más americana, en principios fundamentales, que rusa.
– ¿Cree que es posible vivir…? Hemos co-existido bastante bien con Yugoslavia y algunos de los otros países que son comunistas, sin tener demasiados problemas… ¿Cree que es posible a largo plazo co-existir con un país comunista? Ese parece ser el gran miedo del mundo occidental, contener a la China comunista.
– Un país libre puede coexistir con cualquiera, y por cierto liberar al resto del mundo con el ejemplo, siempre que él mismo sea libre, y si tiene una política firme tanto doméstica como internacional.
Recuerda que los Estados Unidos destruyeron la tiranía, la servidumbre y la esclavitud en todo el mundo, no con guerras, sino con el ejemplo, con el libre comercio. Un país libre destruye barreras gradualmente. Pero para eso necesitas una filosofía política adecuada.
Tuvimos los inicios de eso en el siglo XIX, no el caso completo, y lo perdimos. ¿Por qué lo perdimos? Porque el capitalismo no puede co-existir con la moralidad del altruismo.
Si volvemos – y cuando volvamos – a un sistema político correcto (no sería cuestión de volver atrás, iríamos hacia adelante, porque nunca existió totalmente), pero tendría que estar basado en una moralidad apropiada, en una moralidad racional de interés propio, y en ese caso no habría que luchar en guerras.
Hay que señalar que el siglo XIX fue el período de más paz en la historia, el único período sin una gran guerra mundial (entre el final de las guerras napoleónicas y la Primera Guerra Mundial) y eso fue lo más próximo al capitalismo que el mundo civilizado llegó. Contrariamente a todos los absurdos populares, el capitalismo no conduce a la guerra. Es el sistema de paz, y eso ha sido demostrado en la práctica en la historia.
Pero hoy, con el tipo de economías mixtas y de filosofías mixtas que tenemos, al final probablemente acabaremos teniendo que luchar, por desgracia. Si tuviéramos mejores ideas, un país como Rusia o Yugoslavia –o todo el maldito mundo, entero– no sería ningún problema ni representaría ninguna amenaza para los Estados Unidos.
– ¿Cree que ese día llegará…? No parece que nos estemos volviendo cada vez más listos…
– Nadie puede predecir el futuro inmediato. No lo sé. El hombre tiene libre albedrío. Es posible. No veo ninguna señal a gran escala aún, pero por otro lado América es el único país que no puede hundirse en el estatismo. Es contrario a todas esas premisas pasadas y antiguas, mientras que Europa siempre fue estatista.
No creo que América pueda convertirse en estatista, pero qué tipo de problemas tendrá que enfrentar en el camino hacia la liberación… no lo sé.
– Gracias. Vamos a hacer una identificación del canal, volvemos en seguida.
– Hemos estado hablando la última media hora con Ayn Rand, y Buster Crab que estaba programado para estar con nosotros esta noche lo estará la semana que viene. Empezamos a hablar, y… bueno… creo que todo el mundo quería oír lo que usted tenía que decir.
En fin, mucha gente probablemente no esté de acuerdo con muchas de sus opiniones, y cuando la Sra. Rand estuvo de acuerdo en estar en el show, sólo pidió una cosa, me dijo: “No vas a atacarme”, y yo dije: “No, yo no haría eso”, porque no creo que es una buena idea tener un invitado en el show y empezar a discutir sus ideas, o invitar a alguien con ideas opuestas y dejar que se tiren trastos uno al otro durante media hora. Prefiero tenerla a usted aquí, que exponga su filosofía, y otras veces podemos tener otras personas en el show que pueden tener ideas opuestas, pero creo que resulta un show mucho más fácil y que la gente saca más información de él de esa forma.
– Por supuesto. No podría estar más de acuerdo con eso.
– Esta es su revista llamada “The Objectivist”, que explica…
…aunque sólo hablamos muy superficialmente de su filosofía esta noche.
– Si alguien quiere una prueba definitiva, o una discusión más a fondo, aquí es donde las encontrará, en esta revista de la que soy co-editora, junto con Nathaniel Branden, “The Objectivist”.
– ¿Por qué será que la gente…? Ya hablamos de esto, usted dijo que era atea, y… ¿por qué esa palabra produce una reacción tan violenta en la gente?
– Creo que sobre todo por el efecto sorpresa.
– Usted dice que es atea, que no cree en un creador, y ellos no son capaces de…
– La verdad es que no he conocido a mucha gente que realmente creyera en Dios. Pero la idea de que alguien se declare ateo les asusta.
– Esa es la posición oficial, ¿eh?
– Esa es mi impresión de la gente. Aunque, debo decir… no tengo… no me asocio con gente religiosa. No demasiado. No de forma íntima, por lo tanto no sabría decir…
– ¿Usted encuentra que algunas de estas personas son intelectuales?
– Oh sí, claro que sí.
– Así que es perfectamente compatible ser un intelectual y aún así creer en un ser supremo, ¿cierto?
– No es incompatible, no. Algunas personas lo hacen.
– Ayn, muchísimas gracias por estar con nosotros esta noche…
¡Gracias! ¡Hasta el lunes!
<< Traducción: Objetivismo.org >>
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