— parte de la entrevista de Ayn Rand con Phil Donahue —
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Primera entrevista – 1979 (completa, 5 partes)
Segunda entrevista – 1980 (completa, 5 partes)
– Usted se quedó viuda hace poco, y… ahora está pasando por… ¿El impacto emocional de ese tipo de dolor altera de alguna forma su propio sentimiento, su filosofía?
– No. Sólo cambió mi posición con relación al mundo.
–¿Que es…?
– Que es que perdí mi principal valor, no estoy demasiado interesada en nada más. Pero sobreviviré, porque amo al mundo en general. Y amo las ideas. Y amo a la gente. Pero mi persona ha tenido una pérdida ahora.
– ¿No existe la tentación para usted – y no digo esto para insinuar que usted no es sincera en sus obras – de esperar poder reunirse con la persona que amaba? ¿De mirar más allá…?
– Me he hecho exactamente esa pregunta a mí misma, seriamente, y pensé que si realmente creyera eso durante cinco minutos cometería suicidio inmediatamente. Y sé que…
– ¿Para reunirse con él?
– Para reunirme con él, claro. Te diré más. ¿Cómo me sentiría si pensara que él está ahora siendo juzgado ante Dios o San Pedro y que yo no estoy con él…?
– Usted sería un testigo a su favor.
– Exactamente. Mi primer deseo en ese caso sería ir corriendo a ayudarle. Y contar lo bueno que él fue. Pero…
– De acuerdo con algunas de sus afirmaciones, su marido tal vez preferiría no saber… que Dios no supiera que… ¿sabe lo que quiero decir…?
– Él era aún más ateo que yo, si pudiera haber niveles…
– Mi comentario lo he hecho con cariño, espero que sepa que no era mi intención hacerme el gracioso con eso, porque sé que su dolor es real, y lo compartimos con usted y esperamos que salga pronto de él.
Que sí, que ya lo sé, que ya te entiendo. Pero te estás respondiendo a ti mismo: No lo hacen por miedo.