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Carrera

Para tener control de tu vida, debes tener un objetivo, un objetivo productivo. . . Un objetivo central sirve para integrar todos los otros asuntos de la vida de un hombre. Establece la jerarquía, la importancia relativa, de sus valores, le ayuda a evitar conflictos internos sin sentido, le permite disfrutar de la vida a gran escala y llevar ese disfrute a cualquier área que esté abierta a su mente; mientras que un hombre sin objetivo está perdido en el caos. Él no sabe cuáles son sus valores. No sabe cómo juzgar. No puede decir lo que es o no es importante para él, y, por lo tanto, va a la deriva indefenso a merced de cualquier estímulo casual o de cualquier capricho del momento. Él no es capaz de disfrutar de nada. Se pasa la vida buscando algún valor que nunca encontrará.

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La diferencia entre un hombre de carrera y alguien que simplemente tiene un trabajo… es que un hombre de carrera considera su trabajo como un progreso constante… impulsado por la constante expansión de su mente… 

“Trabajo productivo” no significa realizar ciegamente los movimientos requeridos de algún trabajo. Significa la búsqueda consciente y racional de una carrera productiva. En el uso popular, el término “carrera” se aplica sólo a los tipos de trabajo más ambiciosos; pero, de hecho, se aplica a todo el trabajo: denota la actitud de un hombre hacia su trabajo.

La diferencia entre un hombre de carrera y alguien que simplemente tiene un trabajo es la siguiente: un hombre de carrera considera su trabajo como un progreso constante, como un movimiento constante ascendiendo de un logro a otro logro superior, impulsado por la constante expansión de su mente, de su conocimiento, de su habilidad, de su ingenio creativo, sin detenerse jamás ni estancarse en ningún nivel. Quien simplemente tiene un trabajo considera su trabajo como un castigo impuesto por la incomprensible malevolencia de la realidad o de la sociedad, la cual, de alguna manera, no le permite existir sin esfuerzo; por lo tanto, su política es realizar la menor cantidad de movimientos que le son exigidos a él por alguien, y plantarse en cualquier trabajo o dejarse llevar a otro, siempre que el azar, las circunstancias o los parientes le empujen a hacerlo.

Quien simplemente tiene un trabajo considera su trabajo como un castigo impuesto por la incomprensible malevolencia de la realidad o de la sociedad.

En ese sentido, un hombre de capacidad limitada que triunfa a través de su propio intencionado esfuerzo y pasa de ser un trabajador no calificado a gerente es un hombre de carrera en el sentido ético adecuado de la palabra; mientras que un hombre inteligente que se estanca en el papel de presidente de una empresa, alguien que utiliza la décima parte de su capacidad potencial, es alguien que simplemente tiene un trabajo. Y lo mismo ocurre con un parásito que pretende hacer un trabajo demasiado grande para su habilidad. No es el grado de habilidad de un hombre lo que es éticamente relevante en este asunto, sino el uso total e intencionado de su habilidad.

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Una carrera requiere la capacidad de mantener un objetivo durante un largo período de tiempo, a través de muchos pasos, de muchas elecciones y decisiones separadas, todo lo cual acaba siendo una progresión constante hacia una meta. . . En el curso de una carrera, cada logro es un fin en sí mismo y, al mismo tiempo, un paso adelante hacia más logros. . . En una carrera, no hay tal cosa como lograr demasiado: cuanto más hace uno, más ama uno su trabajo.

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Playboy: Según su filosofía, el trabajo y el logro son las más altas metas en la vida. ¿Considera usted que son inmorales los que encuentran una mayor realización en el calor de la amistad y los lazos familiares?

Rand: Si ponen cosas como la amistad y los  lazos familiares por encima de su propio trabajo productivo, sí, entonces están siendo inmorales. La amistad, la vida familiar y las relaciones humanas no son primarias en la vida de un hombre. Un hombre que pone a otros primero, por encima de su propio trabajo creativo, es un parásito emocional; mientras que si pone su trabajo primero, no hay conflicto entre su trabajo y su disfrute de las relaciones humanas.

Playboy: ¿Cree usted que las mujeres, igual que los hombres, deberían organizar sus vidas en torno al trabajo, y si es así, qué tipo de trabajo?

Rand: Por supuesto. Creo que las mujeres son seres humanos. Lo que es apropiado para un hombre es apropiado para una mujer. Los principios básicos son los mismos. Yo no trataría de prescribir qué tipo de trabajo debería hacer un hombre, y tampoco lo intentaría en lo que respecta a las mujeres. No hay ningún trabajo en particular que sea específicamente femenino. Las mujeres pueden elegir su trabajo según sus propios objetivos y premisas, de la misma forma que hacen los hombres.

Playboy: En su opinión, ¿está siendo inmoral una mujer si decide dedicarse al hogar y a la familia en vez de a una carrera?

Rand: Inmoral, no. Yo diría que poco práctica, porque un hogar no puede ser una ocupación de tiempo completo, excepto cuando sus hijos son pequeños. Sin embargo, si quiere una familia y quiere hacer de ella su carrera, al menos durante un tiempo, sería correcto, si la aborda como una carrera, es decir, si estudia el tema, si define las reglas y principios con las que ella quiere educar a sus hijos, si enfoca su tarea de forma intelectual. Es una tarea de mucha responsabilidad y muy importante, pero sólo cuando se trata de forma científica, no como un mero capricho emocional.

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Fuentes:

Entrevista de Playboy a Ayn Rand, Marzo 1964

“De mi `Futuro archivo´”, The Ayn Rand Letter, III

“Por qué me gusta coleccionar sellos”, por Ayn Rand, Minkus Stamp Journal, v. 6 (1971)

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