Al ser la consciencia una facultad específica, ella tiene una naturaleza o una identidad específica, y, por lo tanto, su alcance es limitado: ella no puede percibirlo todo a la vez; como darse cuenta de algo, en todos sus niveles, requiere un proceso activo, ella no puede procesarlo todo a la vez. Da igual que las unidades con las que uno trata sean perceptos o conceptos, el alcance de lo que el hombre puede mantener en el centro de su atención consciente en un momento dado es limitado. Por lo tanto, la esencia del incomparable poder cognitivo del hombre es la capacidad de reducir una vasta cantidad de información a un número mínimo de unidades, que es precisamente la tarea realizada por su facultad conceptual. Y el principio de economía-unitaria es uno de los principios esenciales que guían esa facultad.
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En cualquier momento dado, los conceptos le permiten al hombre mantener en el centro de su atención consciente mucho más de lo que su capacidad puramente perceptiva permitiría. El rango de la atención perceptual del hombre —el número de perceptos con los que él puede lidiar en cualquier momento dado— es limitado. Él puede ser capaz de visualizar cuatro o cinco unidades, como, por ejemplo, cinco árboles. Él no puede visualizar cien árboles o una distancia de diez años luz. Es sólo su facultad conceptual la que hace posible que él lidie con un conocimiento de ese tipo.
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La conceptualización es un método para expandir la consciencia del hombre al reducir el número de unidades de su contenido, un medio sistemático para conseguir una integración ilimitada de datos cognitivos.
Un concepto sustituye con un símbolo (con una palabra) el enorme agregado perceptual de los concretos que subsume. Para poder realizar esa función de reducción unitaria, el símbolo tiene que llegar a automatizarse en la consciencia del hombre; o sea, la enorme suma de sus referentes debe estar inmediatamente (implícitamente) disponible para la mente consciente cada vez que el hombre usa ese concepto, sin necesidad de visualización perceptual o de resumen mental…, de la misma forma que el concepto «5» no requiere que él visualice cinco rayas cada vez que lo usa.
Por ejemplo, si un hombre ha captado plenamente el concepto «justicia», él no necesitará recitarse a sí mismo un extenso tratado sobre su significado mientras está escuchando la evidencia ante un tribunal. La mera frase «debo ser justo» retiene automáticamente ese significado en su mente, y deja su atención consciente libre para captar la evidencia y evaluarla de acuerdo con un complejo conjunto de principios. (Y, en caso de duda, el recuerdo consciente del significado preciso de «justicia» le da la orientación que él necesita).
Es el principio de economía-unitaria el que necesita que la definición de conceptos sea hecha en términos de sus características esenciales. Si, en caso de duda, un hombre recuerda la definición de un concepto, las características esenciales le darán una comprensión instantánea del significado del mismo, o sea, de la naturaleza de sus referentes.
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Fuentes:
El papel cognitivo de los conceptos, Introducción a la epistemología Objetivista
La psico-epistemología del arte, El manifiesto romántico
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