La Perversión de la Propuesta Hacendaria Presentada por el Ejecutivo en México
Los funcionarios de la Secretaría de Hacienda NO redactaron la propuesta de reforma hacendaria con la intención de fomentar el crecimiento económico. Lo que los mueve es un objetivo de carácter moral, no económico. En consecuencia, es inútil oponerse a ella con argumentos de naturaleza económica; como que el impuesto a los refrescos y el IVA a casas habitación eliminarán empleos. Es cierto que la reforma frenará la economía, pero para derrotarla hay que entender que esta no es una batalla económica, sino una batalla de orden moral.
Analizaremos aquí por qué la reforma propuesta es de naturaleza moral y no económica, cuál moral perversa la inspira y las consecuencias que tendrá si es aprobada. Cerraremos describiendo qué tipo de reforma hacendaria necesita México, qué código moral la respalda, los beneficios económicos de una política hacendaria adecuada y, finalmente, qué necesitamos hacer para derrotar la reforma propuesta.
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¿Qué hicieron otros países para crecer y erradicar la pobreza?
Hace cien años, en Hong Kong no había… ni Ley Federal del Trabajo, ni Seguro Social, ni Seguro Popular, ni Programa Oportunidades, ni Seguro para Madres Solteras, ni Escuelas Gratuitas, ni Petróleo, ni Recursos Naturales. La gente llegó allí buscando lo único que sí había: libertad para trabajar, libertad para conservar el fruto del trabajo, libertad para hacer fortuna. Hoy, Hong Kong tiene un ingreso per cápita superior al de Estados Unidos, cuatro veces superior al de México.
Otro ejemplo: Desde 1865 a 1913, en Estados Unidos no hubo ni impuesto sobre la renta ni Seguro Social. En ese lapso, Estados Unidos tuvo el período de mayor crecimiento económico en la historia de la humanidad. Hoy es la 1ª potencia económica gracias a la libertad económica de ese período. En Cuba hay seguridad social, medicina socializada y educación gratuita, pero nadie arriesga la vida para llegar a Cuba. Arriesgan la vida para llegar a Estados Unidos, donde no tienen seguridad social, pero donde sí hay trabajo y oportunidades para prosperar.
Hay muchos ejemplos más: las evidentes diferencias entre Cuba y Miami, entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, entre Corea del Norte y Corea de Sur, entre China antes y después de la liberalización y muchos más.
Se ha probado el socialismo, el fascismo, el comunismo radical; todos, varias veces, y siempre con el mismo resultado: reducción del crecimiento y del nivel de vida. Se dice que el Socialismo del Siglo XXI es más aburrido que el del Siglo XX, porque ya sabemos como termina.
Y aún así, con toda esa experiencia a la vista, el gobierno de Peña Nieto ahora propone una Reforma Hacendaria para financiar un “Estado Benefactor” de corte fascista (más abajo se demuestra el carácter fascista), sabiendo perfectamente que frenará aún más la economía del país, como ha frenado la economía de todos los países que lo han intentado.1
Entonces, ¿por qué los funcionarios mexicanos no aprenden? ¿Por qué no aprenden y acogen la libertad?
No aprenden porque los seres humanos, antes que actuar por motivos económicos, actuamos por lo que consideramos correcto, ético, moral, justo. El problema surge cuando aceptamos una moral equivocada y hacemos las cosas terribles que esa moral equivocada nos dicta. México es pobre porque, a pesar de que sabemos muy bien qué medidas de orden económico debemos tomar para salir de la pobreza, se piensa que esas medidas serían INMORALES.
Veamos dos ejemplos reales de cómo aplican esa moral equivocada:
– José trabajó 4 semanas en diciembre. Ganó cinco veces más que sus 200 compañeros.
– Lucía tiene una escuela privada propia. Genera muchas más utilidades que sus ex-compañeros de trabajo.
Según la moral equivocada, ¿qué se debe hacer con estas personas que ganan más que los otros, que generan más utilidades?
Escuchemos a Luis Videgaray, Secretario de Hacienda: https://www.youtube.com/watch?v=zVZhjuT9wXM&feature=youtu.be
Observe las palabras que eligió Luis Videgaray:
– «Una reforma fiscal que sea justa.»
– «Hagamos, a través de una reforma justa,…”
– “Hagamos de la política fiscal un instrumento de redistribución del ingreso y redistribución de la riqueza.»
Nótese que la palabra “justa” no es un término de la ciencia económica, es un término de la ética, de la moral.
Y no sólo Luis Videgaray habla en esos términos. Miguel Messmacher, Subsecretario de Hacienda, afirma que así se generará “justicia.” Y Aristóteles Núñez, Jefe del SAT, declara que esto es cuestión de “conciencia y cultura.”
Hoy casi nadie cuestiona que las personas que ganan más deban pagar más. Incluso tú, mi apreciable lector, quizá también opines que esto es lo justo; esto que los funcionarios llaman “Redistribución de la Riqueza.” Pero analicemos el tema más a fondo.
¿Por qué José y Lucía ganan más?
El trabajo de José consistía en atender a clientes a cambio de propinas. Él descubrió esta fuente de ingresos a los 13 años, ahora tiene 17. Sus compañeros trabajaban de las 10 de la mañana a las 5 de la tarde, porque después hacía frío. José llegaba antes de las 7 de la mañana y se quedaba hasta después de las 8 de la noche, hiciera o no frío. Sus compañeros trabajaban sólo sábados y domingos, ya que entre semana iban a la escuela. José trabajaba todos los días, salía de la escuela y corría a ganar dinero por las tardes. Sus compañeros tomaban una hora para comer, él llevaba una mochilita con una torta y 2 litros de agua, así podía comer mientras caminaba hacia el siguiente cliente.
Sus compañeros gastaron el dinero que ganaron en cosas bonitas: unos tenis de moda y reproductores de audio, a los que tenían derecho porque se lo ganaron con su trabajo. En contraste, José compró una bicicleta de carga en la que ahora vende verduras. Por eso, ahora José gana mucho más que sus compañeros, no sólo en diciembre, sino todo el año.
Luis Videgaray afirma que lo justo es que José pague más impuestos que sus compañeros, que se debe “redistribuir la riqueza” de José.
Lucía viene de una familia sencilla. Estudió sólo la prepa. Después de trabajar muchos años como mesera, de alguna manera consiguió un préstamo pequeño y caro, a la palabra. Ahorrando hasta en lo imposible, poco a poco fue creando una escuela. Ahora, a sus 35 años de edad, está construyendo un edificio propio para su escuela. Genera muchas más utilidades que sus ex-compañeros de trabajo.
Luis Videgaray dice que lo justo es que Lucía pague más impuestos, porque genera más utilidades; que se debe “redistribuir la riqueza” de Lucía.
Nótese que Luis Videgaray no confunde a Lucía y a José con delincuentes o con políticos que se enriquecen robando. No, él pretende castigar a las personas más productivas, ¡precisamente por ser más productivas!
Pero no nos engañemos. Luis Videgaray sabe que, en esencia, esa la historia de las personas que ganan más: ganan más porque se esfuerzan más. A pesar de eso los quiere castigar quitándoles sus ingresos y ahorros para dárselos a otros.
¿De dónde viene semejante injusticia? Viene de una moral equivocada. Lucía y José trabajan para beneficio propio. Quieren vivir su vida lo mejor que pueden, y lo hacen trabajando y produciendo, no engañando ni robando. Sólo una moral muy torcida castigaría eso.
¿Por qué se acepta semejante moral? Porque desde siempre se nos ha enseñado que el trabajar para beneficio propio es inmoral, que hay que trabajar para los demás; que el afán de lucro es despreciable. Por eso, como dice Sergio Sarmiento, “el término “privatizar» es un término tóxico en el léxico nacional”, porque significa convertir algo en fuente de beneficio propio.
Luis Videgaray copia esta moral directamente de Carlos Marx. Así lo dijo Marx:2
“Un obrero está casado y otro no; uno tiene más hijos que otro. A igual trabajo y, por consiguiente, a igual sueldo, uno obtiene de hecho más que otro, uno es más rico que otro. Para evitar todos estos inconvenientes, el sueldo no tendría que ser igual, sino desigual. Pero estos defectos son inevitables en la primera fase de la sociedad comunista, . . . sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en sus banderas: “¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades!” Karl Marx
Y así lo dijo Luis Videgaray en un artículo escrito por él pero firmado por Enrique Peña Nieto.3
“En cuanto a la reforma fiscal… que todos, sin excepción, paguen de acuerdo con sus posibilidades; que todos, sin excepción, reciban los beneficios del gasto público de acuerdo con sus necesidades».
Este concepto de que las personas deben pagar de acuerdo con sus posibilidades y recibir de acuerdo con sus necesidades es el principio fundamental del marxismo, del socialismo, del fascismo, del comunismo y del estatismo en general.
Estas son las definiciones de tres términos políticos:
– Estatismo.- Es el principio o política de concentrar gran parte de los controles económicos y políticos en el Estado a costa de la libertad individual.
– Socialismo.- Es una teoría o sistema de organización social que postula la propiedad de los medios de producción en la comunidad como un todo.
– Fascismo.- Un sistema de gobierno con fuerte poder centralizado que controla los ámbitos de la nación (industrial, comercial, etc.)
Como se aprecia, el socialismo y el fascismo son variantes del estatismo. El socialismo niega la propiedad privada, mientras que el fascismo permite la propiedad privada, pero transfiere su control al gobierno. Pero ser dueño de algo, sin tener el control, es una contradicción. Significa que los particulares conservan la responsabilidad de la propiedad, sin ninguno de los privilegios que debe dar la propiedad; mientras que el gobierno recibe todos los privilegios, sin ninguna responsabilidad.
En este sentido, el socialismo es el sistema más honesto. ‘Más honesto’ y no ‘mejor’ porque en la práctica no hay diferencia entre socialismo y fascismo. Ambos provienen del mismo principio estatista, ambos niegan los derechos del individuo y lo subordinan al poder del gobierno.
La reforma fiscal propuesta no es socialista debido a que no aspira a que el Estado se apropie de los medios de producción. Pretende el control de los medios de producción, en particular, el control sobre utilidades y dividendos.
Según esta perversa moral, los que producen más deben sacrificarse por los que producen menos; y los que producen algo por los que no producen nada.
Los que reciben lo que otros producen lo merecen siempre y cuando no hayan trabajado para merecerlo, lo merecen por la sola condición de que no se lo hayan ganado.
Esta moral promueve que las personas compitan, no para ver quién es el mejor para producir, si no para ver quién es el peor, porque el peor recibe más.
Si alguien tiene la habilidad para satisfacer sus necesidades, su misma habilidad anula su derecho a satisfacerlas. Pero si alguien tiene una necesidad que no pueda satisfacer, eso le da derecho sobre lo que producen los demás. Si se afirma que una necesidad es un derecho, se promueve la ausencia, la flojera, la ignorancia, la apatía, la incompetencia.
Eso es precisamente lo que sucede en Suecia: https://www.youtube.com/watch?v=p_O_7BPsKh0
El motor de la economía es el afán de cada persona por trabajar, sabiendo que su trabajo es para beneficio propio y de su familia. Cuando el afán por trabajar para beneficio propio es declarado como inmoral, todo el sistema productivo se convierte en inmoral, y el motor de la economía se detiene.
Los que pueden producir más no lo hacen, porque el Estado se los quita. Los que no producen tampoco desean producir, porque el Estado les entrega gratis según su necesidad.
Esta moral torcida e invertida destruye no sólo la economía de los países sino cualquier otra actividad humana. Imaginemos que la Federación Internacional de Futbol decide redistribuir los goles quitándole al equipo ganador según sus posibilidades para dárselos al perdedor según sus necesidades. Con esa regla todos los partidos acabarían en empate, ningún jugador se esforzaría por meter goles y ningún espectador querría ver un partido así. El futbol desaparecía de la faz de la tierra. Vamos, ni los niños jugarían futbol en la calle.
El motor de la economía, el motor del futbol, el motor del cortejo en el amor y el motor de cualquier otra actividad humana, es que el esfuerzo conlleva un beneficio propio.
Por eso, en los Estados Benefactores, que siempre castigan el esfuerzo, siempre se reduce el nivel de vida de todos; sean ricos o sean pobres, todos salen perdiendo.1
Si a las personas se le quita el incentivo para producir, quitándoles lo que producen para dárselo a otro, no desearán producir. ¿Es acaso esto difícil de comprender?
La pobreza NO es un problema económico, es un problema moral.
Las personas más productivas –las que dicen que deben pagar más impuestos —no solamente son las que crean los empleos, son las que crean los mejores empleos. Si se les castiga quitándoles sus utilidades –que son el origen del capital— también se les quita el deseo de invertir y la posibilidad de ofrecer empleos. Esas personas se van con su capital a otros países que sí entienden de estas cosas. Por eso faltan buenos empleos en México. Por eso México es pobre.
¿Esta visión de las cosas se da tanto en México como en otros países? Sí, y los países son pobres en la medida en la que obedecen esta moral. Sólo una moral así de perversa es capaz de mantener en el hambre y en la desgracia a decenas de millones de mexicanos. Así de poderosa es la moral.
Por eso los funcionarios no aprenden. Su moral equivocada se contrapone a la economía, a la justicia y a la realidad.
Sí necesitamos una Reforma Fiscal, pero una que nos saque de la pobreza porque está basada en la realidad y en la moral correcta.
Una Reforma Fiscal moral, como esta…
En 2012 el Gobierno Federal cobró 15 impuestos distintos:
1) Impuesto sobre la renta
2) Impuesto empresarial a tasa única
3) Impuesto al valor agregado
4) Impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) a gasolinas y diesel para combustión automotriz
5) IEPS a bebidas alcohólicas
6) IEPS a cervezas y bebidas refrescantes
7) IEPS a tabacos labrados
8) IEPS a juegos con apuestas y sorteos
9) IEPS a redes públicas de telecomunicaciones
10) IEPS a bebidas energizantes
11) Impuesto sobre automóviles nuevos
12) Impuesto a los rendimientos petroleros
13) Impuestos al comercio exterior
14) Impuesto a los depósitos en efectivo
15) Impuestos accesorios
Esos 15 impuestos recaudaron en 2012 $1,314 (miles de millones de pesos).
Las Ventas finales* en 2012 ascendieron a $13,719 (miles de millones).
Con un Impuesto Único a las Ventas (IUV) del 9.6% se recaudaría lo mismo que con los otros 15 impuestos, que serían eliminados.
La instalación del Impuesto Único a las Ventas incluirá el compromiso ineludible de reducirlo paulatinamente hasta que alcance sólo para proteger los derechos individuales de las personas, y ni un centavo más. De otra manera se desincentiva el afán por ser productivo.
Las dependencias necesarias para proteger los derechos de los individuos son:
Poder Legislativo: $10,987
Poder Judicial: $42,583
Defensa Nacional: $55,611
Marina: $19,680
PGR: $14,905
Seguridad Pública: $40,537
Total: $184,303
En 2012, el gasto total para estas dependencias fue de $184,303 millones de pesos. Este importe se podría recaudar con un IVA generalizado de sólo 1.3%.
La reducción impositiva debe ser paulatina y no de golpe, así la creciente libertad económica irá incorporando a los millones de pobres originados por las políticas equivocadas del pasado. Sólo así se podrán desmantelar los múltiples programas sociales sin riesgo de estallamiento social.
¿Qué beneficios brinda esta Reforma Fiscal?
La economía de todo el mundo se está hundiendo por la tendencia a formar estados de izquierda: Grecia, Francia, España, Portugal, Irlanda, Italia, Venezuela, Bolivia, etc. Incluso Estados Unidos, con Barack Obama, ahora se mueve hacia la izquierda.
El capital y el talento del mundo buscan con desesperación santuario seguro. En el colmo de la desesperación, los capitales se están refugiando en Bonos del Tesoro americano, que pagan un rendimiento financiero neto negativo. Esta Reforma Hacendaria convertirá a México en ese santuario para el talento y los capitales del mundo.
México, enarbolando la moral correcta, y la reducción impositiva correspondiente, en pocos años sería el país de mayor crecimiento económico, imán irresistible para el capital mundial, que hoy busca refugio seguro – sin encontrarlo. El talento y el capital son como los corazones: van a donde se les quiere y se les protege.
No es sólo que México captaría una mayor proporción de la inversión extranjera directa (IED) actual. Los beneficios de esta Reforma Fiscal son mucho mayores: serán los dueños de las empresas y de las plantas industriales en el extranjero los que arrancarían del suelo sus máquinas para traerlas a México, simplemente porque en México sus industrias serán mucho más productivas que en cualquier otro país.
La única manera de lograr esto es haciendo que en México cada persona sea dueña de su vida y de lo que con ella produce, que en México nadie tenga derecho a un solo centavo ganado con el esfuerzo y el trabajo de otro.
Hagamos que toda persona productiva quiera vivir en México, porque aquí podrá relacionarse con otros a mutuo beneficio, sin parasitar a otros y sin que otros lo parasiten. Así habrá empresas más que suficientes para que todos encontremos trabajo, y para que nuestro ingreso alcance con creces para nuestros gastos, incluyendo la escuela para nuestros hijos, servicios médicos, vivienda digna y todos los demás beneficios a los que tiene legítimo derecho aquél que cubre su costo con su propio trabajo.
En lugar de buscar acuerdos migratorios para que otros países acepten por lástima a los desempleados mexicanos, México será un imán irresistible para el capital y para los cerebros del mundo. Serán los extranjeros los que vengan a México buscando mejores empleos.
México se convertirá en un deslumbrante ejemplo de riqueza y prosperidad.
¿Esto no viola los llamados ‘Derechos Sociales’?
La Constitución, después de cientos de modificaciones, ahora contiene muchos derechos falsos llamados ‘Derechos Sociales’, como …
– El derecho a la alimentación.
– El derecho al trabajo bien remunerado.
– El derecho a vivienda.
– El derecho a la salud.
– El derecho a la educación.
– El derecho al esparcimiento.
Pero los “Derechos Sociales“ no son legítimos. Cada quien tiene el derecho de mantenerse con su propio trabajo, eso no significa que otros le deban mantener. El derecho a la propiedad significa que cada quien tiene la libertad para trabajar y ganarse su propiedad, no que otros deban regalarle propiedades. No es legítimo el derecho a un trabajo bien remunerado, sólo la libertad para aceptar un trabajo si alguien le quiere contratar a ese sueldo. No es legítimo el derecho a una vivienda, sólo el derecho a construirla o a comprarla. No es legítimo el derecho a servicios de salud, sólo el derecho a contratarlos a cambio de un pago voluntariamente acordado.
Un derecho no es legítimo si requiere que los derechos de otras personas sean violados. Los falsos “Derechos Sociales” insertados en la Constitución sí violan los derechos de los demás. La propuesta de reforma hacendaria es la concretización de esa violación.
¿Y qué de los pobres?
En una economía libre siempre hay empleo para todos. Por eso, en la época de libertad económica, llegaban a Estados Unidos barcos llenos de personas buscando empleo y oportunidades. La economía libre ofrecía empleos más que suficientes tanto para los residentes como para los recién llegados. En una economía libre, los únicos pobres son aquellos que prefieran ser pobres en lugar de trabajar, y están en su derecho de elegir ser pobres.
¿Y qué de los discapacitados?
Las personas incapacitadas para sostenerse a sí mismos, por malformación o por un accidente, no tienen derecho sobre el trabajo de otros; dependen de la caridad voluntaria de otros. No tienen el derecho a esclavizar a otras personas sin las cuales no podrían sobrevivir. Pero el ser humano es generoso: en los países libres nunca ha faltado caridad para los discapacitados, que son una pequeña minoría -de otra forma la especie humana no sería viable.
¿Y si la mayoría vota por un México socialista?
Dicen que al votar por Peña Nieto la mayoría delegó en él el derecho a confiscar el producto del trabajo de otros. ¡Falso! Nadie puede delegar un derecho que no tiene. Nadie puede votar para que los derechos de otro sean violados. La elección del gobierno debe ser democrática, pero los gobernantes tienen que comportarse como robots que están estrictamente limitados por los derechos individuales. Esta forma de gobierno no se llama democracia, se llama República Limitada; limitada por los derechos individuales de los ciudadanos. Por eso, Estados Unidos es una República Limitada, no una democracia.Una democracia no es un sistema de libertad, es una forma de tiranía: la tiranía de la mayoría. Esto se sabe desde el Siglo XVIII, y los políticos mexicanos lo saben, pero siguen usando este argumento porque piensan que les conviene. 4
¿Democratizar la Productividad?
Peña Nieto quiere justificar más impuestos recurriendo al falso concepto de ‘Democratizar la Productividad’. Lo único que logrará es destruir toda la productividad.
Analicemos: los mexicanos huimos a los Estados Unidos porque aquí ganamos poco, pero al llegar allá tenemos ingresos de primer mundo. ¿Por qué? ¿Quién produce más, y en consecuencia gana más: un trabajador moviendo tierra con una pala o otro que lo hace con maquinaria pesada? La maquinaria es capital. Allá el trabajador es más productivo gracias a un capital que ni siquiera le pertenece a él. Un obrero mal calificado depende de otras personas con preparación y capital para que organicen y financien empresas que brindan empleos. Quien no tiene nada más que su trabajo físico puede aprovechar el talento y el capital de empresarios e innovadores para incrementar exponencialmente su productividad y sus ingresos. La superior inteligencia, habilidad y capital de otros no son una amenaza para una persona sencilla, son su mejor oportunidad para progresar.
Los impuestos a las personas productivas saldrán de su capital. Esos impuestos significan menos inversión, menos producción y menos empleos. Para cuando las personas ricas se vean obligadas a reducir su nivel de vida, la vida de los pobres será peor que nunca porque no habrá trabajo para nadie ni dinero para revivir las empresas e industrias que desaparecieron gracias a lo que se les confiscó en forma de impuestos.
Es inútil tratar de incrementar la productividad de un país castigando la productividad de las personas que lo habitan.
En resumen:
(Apreciable lector: aquí entramos a la esencia. Te pido me permitas hablarte de tú.)
¿Cuál, entonces, es el argumento central contra la reforma hacendaria propuesta por Videgaray? No, no es que se frenará la economía, que se reducirá el empleo y que se profundizará la pobreza. Si bien es cierto que tendrá estos efectos negativos y muchos más, el argumento fundamental es de carácter moral, este:
Tu vida es tuya, no le perteneces a nadie más que a ti mismo. Como tu vida es tuya, tienes el derecho a conservarla, a fomentarla y a vivirla lo mejor que puedas en el corto tiempo que tienes sobre la Tierra. Tienes el derecho a vivir tu vida como tú decidas, sin que nadie te obligue por la fuerza a vivirla de otra manera. Una vez que tienes lo suficiente para sobrevivir, tu demás ingreso y riqueza NO es ‘remanente social’ que pueda ser confiscado y repartido. Tú no vives sólo para ganarte tu sustento, ganas tu sustento para poder vivir. Tu actividad económica es sólo un medio para vivir la vida que quieres vivir. Las metas que quieres lograr con el dinero que ganas determinan el tipo de trabajo que elijes, o incluso si decides o no trabajar. La única obligación que tienes con los demás es que tú tampoco debes interferir con el derecho de otros a vivir su vida como prefieran.
Si trabajas y otro expropia lo que produces, eres un esclavo y tu vida le pertenece a otro. Según Karl Marx y según Luis Videgaray, le perteneces al Estado, a la sociedad; a todos menos a ti mismo -que por eso dicen tener el derecho a expropiar lo tuyo.
Eso no significa que no haya lugar para la benevolencia y la caridad para otros. ¡Claro que lo hay! El problema radica en que la caridad es un acto voluntario que la Reforma Fiscal propuesta hace imposible.
Una empresa se administra. Un país de esclavos se administra. Un país de personas libres no se administra: se gobierna. Gobernar un país consiste en defender los derechos de los pobladores. Para eso se requiere una policía que combata a los delincuentes, un ejército que proteja contra amenazas externas, y un sistema de cortes para administrar la justicia. Para eso, y sólo para eso, las personas libres necesitamos un gobierno. El Estado debe recaudar sólo lo suficiente para cubrir el costo de esas dependencias. Eso es lo justo, eso es lo moral.
La Propuesta de Reforma Hacendaria presentada por el Ejecutivo es una perversión porque postula que el Estado, en lugar de defender los derechos de los ciudadanos, ahora se convierte en un delincuente que roba a los ciudadanos a mano armada. La Reforma propone que las armas que los ciudadanos le dimos al Estado para defendernos, ahora las volteará contra los ciudadanos inocentes, que por ley estamos desarmados, con el objetivo de quitarnos lo nuestro. Y lo hace argumentando que eso es lo justo. Esta es una perversión como pocas se ven en la vida.
Es fácil lograr que México tenga el mayor crecimiento económico del mundo y se convierta en la primera potencia económica antes del año 2020, basta con que no le permitamos a nuestro gobierno que siga robando a las personas que trabajan y producen.
Como verás, apreciable lector, la batalla difícil no es contra los funcionarios que redactaron la Reforma; esa batalla es sencilla: basta con afirmar, sin titubeos y con absoluta certeza moral, que tu vida y la de cada uno de nosotros es nuestra y que no aceptaremos que el Estado expropie lo que producimos con nuestro trabajo. Punto.
La batalla difícil es otra: es la que cada mexicano tiene que ganar contra sí mismo para darse cuenta de que lo moral, lo ético, lo justo es que su vida es suya y de nadie más, y que la libertad la merece sólo aquel que está dispuesto a defenderla.
Los mexicanos debemos luchar contra la perversa reforma hacendaria presentada por Peña Nieto como si nuestra vida dependiera de eso, porque, en esencia, nuestra vida sí depende de eso.
¿Cuál de las dos reformas hacendarias aprobarán los miembros del Congreso?
La que tú, mi apreciable lector, les permitas aprobar.
«Las falacias y contradicciones en las teorías económicas del socialismo han sido reveladas y refutadas repetidamente, tanto en el siglo XIX como en la actualidad. Esto ni paró a nadie ni parará a nadie hoy: no es una cuestión de economía, sino de moralidad. Los intelectuales y los así llamados idealistas estaban decididos a hacer que el socialismo funcionase. ¿De qué manera? Por el método mágico de todos los irracionalistas: de alguna manera». — Ayn Rand
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Notas:
1 Suecia es un buen ejemplo: durante los 45 años que duró el crecimiento del Estado Benefactor, de 1950 a 1995, Suecia no agregó ni un solo empleo a la economía productiva, y el ingreso per cápita comparativo con miembros de la OECD cayó del 120% al 90%. De ser el 4º país más rico de la OECD, cayó al lugar 16. La caída se detuvo en 1995, cuando comenzó a reducir el Estado Benefactor. Hoy Suecia sigue estancada por los remanentes del Estado Benefactor del siglo pasado.
2 Marx, Karl. Crítica del Programa de Gotha. Escrita en 1875, se publicó en 1891.
3 “El Estado Eficaz”, Por Enrique Peña Nieto, Periódico REFORMA, enero 24, 2010.
4 El 20 de noviembre de 1789, Nueva Jersey se convirtió en el primer estado en ratificar las enmiendas. El 15 de diciembre de 1791, diez de estas propuestas se convirtieron en las primeras diez enmiendas y ley oficial de los Estados Unidos cuando fueron ratificadas por la asamblea legislativa de Virginia.
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Por Carlos Maurer, México.
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Fue una lástima que el Sr Ruiz Healy no lo haya dejado hablar, casi regañándolo. Creo que su artículo es como debiera ser vista la economía de este país, sus ciudadanos y los impuestos. Su explicación y conceptos son muy… Leer más »
Excelente artículo. Fue un placer haber encontrado un análisis tan bien redactado y expuesto. Ya te recomendé con mis contactos y te seguiré leyendo. ¡Muchas gracias!