«Meritocracia» es un anticoncepto antiguo, y uno de los paquetes gato-por-liebre más despreciables. Usando sólo sus seis últimas letras, esa palabra destruye totalmente la diferencia entre mente y fuerza: equipara a los hombres de capacidad con los gobernantes políticos, y equipara el poder de sus logros creativos con el poder político.
No hay ninguna diferencia, la palabra sugiere, entre libertad y tiranía: una «aristocracia» es la tiranía de una élite políticamente establecida, una «democracia» es la tiranía de la mayoría; y cuando un gobierno protege los derechos individuales, el resultado es la tiranía del talento o del «mérito» (y puesto que «tener mérito» significa «merecer», una sociedad libre está regida por la tiranía de la justicia).
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Fuente:
“Una carta sin título”, Filosofía: Quién la necesita
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Esto me parece confuso. Osea tiene más sentido lo leído si quien explicará fuera un colectivista más porque parece una objeción que ellos puedan articular