El niño pensador no es antisocial (él es, de hecho, el único tipo de niño que está en condiciones de relacionarse socialmente). Cuando desarrolla sus primeros valores y convicciones conscientes, sobre todo cuando está llegando a la adolescencia, él siente un intenso deseo de compartirlos con alguien, con un amigo que le entienda; si se frustra, siente un profundo sentido de soledad.
(La soledad es específicamente la experiencia de este tipo de niño – o de adulto -; es la experiencia de aquellos que tienen algo que ofrecer. La emoción que impulsa a los conformistas a «pertenecer» no es soledad, sino miedo: el miedo a la independencia y a la responsabilidad intelectual. El niño pensador busca a sus iguales; el conformista busca protectores).
# # #
Ver también video de Peikoff: La soledad y el individuo racional
# # #
Fuente:
“The Comprachicos” — Return of the Primitive: The Anti-Industrial Revolution
# # #