Doble personalidad

«¿Cómo puede alguien moralmente corrupto producir obras de arte bellísimas?»

Y quien pregunta cita a… no puedo recordar su nombre… pero parece que hay un diseñador excelente de Christian Dior que dijo algunas cosas anti-semitas horribles. Y hay muchos otros ejemplos: Wagner, cuya música es muy buena y sin embargo era un nazi; Dostoievsky, que era un místico increíble; hay actores buenísimos que te estremecerías si conocieras sus opiniones políticas; hay cirujanos muy buenos, por ejemplo, que operaban en los campos de concentración, y como parte del programa nazi amputaban órganos perfectamente sanos como “experimentos”.

Así que una habilidad o un logro – artístico o de cualquier otro tipo – no significa que haya detrás una gran persona. Lo que es verdad es que los seres humanos tienen la capacidad (no totalmente, pero en una buena medida) de tener lo equivalente a una doble personalidad. Una doble personalidad, al hablar de psicosis, es alguien que se ha dividido en dos, y cada uno de ellos es más o menos autónomo, y se vuelve algo automático. Así que no hay una única persona: ahora es Bill y luego es Tom, y luego es Bill.

Ahora bien, de forma no automatizada, mucha gente se ha dividido en dos. Tienen un sentido de vida (una filosofía implícita) en un ámbito, y otro muy diferente en el otro ámbito, y puede ser que ni siquiera se den cuenta de la diferencia.

La división más frecuente es entre el trabajo y el resto de la vida. En el trabajo, la mayoría de la gente tiene que tener un mínimo de racionalidad, un compromiso con la realidad y unos objetivos de conducta determinados, así que son mejores personas que en su vida, en la que pueden llegar a casa sin reconocer ninguna regla de conducta, sin objetivos, y simplemente se dejan llevar por sus emociones… y todo eso puede ser exactamente lo opuesto de la disciplina que tienen en el trabajo.

Y ves esto por todos sitios. Grandes triunfadores que son gente muy ordinaria en casa. Si has visto la película: “Rompiendo la barrera del sonido”, de hace mucho tiempo, esa era una de las películas que Ayn Rand consideraba más elocuente para captar esta idea, porque era sobre un piloto de pruebas y hombre de negocios que era un gran héroe, y cuando llegaba a casa era un total don nadie, un bobo, un cualquiera, y ella pensaba que esa doble personalidad era horrible, pero esa división es muy común. Y así es como este fenómeno ocurre.

Y la moraleja que yo diría es: Si quieres conocer a una persona, no es suficiente observarla en el trabajo. Yo diría: tómate tres semanas, síguela una semana en el trabajo, una semana en casa, y una semana en vacaciones. Y después de eso tendrás una idea mucho mejor de ese individuo en su totalidad. Incluso puede que tengas una idea mejor que la que él mismo tiene, porque tú estás tratando de relacionar las tres, y él puede que no.

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Podcast de Leonard Peikoff

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