Reacciones al COVID y a Floyd

Nuestra cultura está en un estado de crisis. Me siento obligado a hacer una declaración, por mi propio bien. Si otros encuentran algún valor en ella, pues me alegro.

Hay dos eventos recientes que destacan sobre los demás: la respuesta de los gobiernos de todo el mundo al COVID-19, y la respuesta del pueblo estadounidense al asesinato de un hombre negro por un policía blanco. No son los eventos en sí los que deberían causar un miedo generalizado: son las respuestas, y los paralelismos entre las dos respuestas.

En el caso de una enfermedad contagiosa, los individuos deberían tener la libertad de tomar sus propias decisiones en cuanto a qué riesgos tomar. La mayoría de las muertes causadas por el COVID-19 se encuentran en un grupo de alto riesgo: personas mayores de 70 años con afecciones preexistentes. Las personas en un grupo de alto riesgo deberían tomar todas las precauciones para evitar ser infectadas por el virus. Pero todos los individuos deberían ser libres de perseguir sus vidas, de acuerdo con su propio juicio. Los individuos jóvenes y sanos, que trabajan para mejorar su educación y sus carreras, no tienen más riesgo de contraer el COVID-19 que de contraer cualquier otro virus de una gripe grave.

Enfermedades anteriores similares al COVID-19 no han causado ese nivel de pánico, ni ese tipo de respuesta por parte del gobierno. Podemos recordar la gripe asiática de 1957, o la gripe de Hong Kong de 1969. Hubo cierta cobertura mediática, pero nada parecido a lo que hemos visto con el COVID-19. En casos anteriores, el gobierno dejó que los individuos fuesen libres para continuar con sus vidas, y que tomasen las precauciones que ellos consideraran apropiadas.

Ahora veamos el caso de George Floyd. Fue asesinado por un agente de policía, Derek Chauvin, quien había sido acusado de violencia excesiva en arrestos anteriores. Floyd era un delincuente de carrera, que había pasado tiempo en prisión por sostener un arma contra el estómago de una mujer embarazada mientras la robaba. Los martes por la noche, tanto Chauvin como Floyd trabajaban en el área de seguridad en un club nocturno de Minneapolis. No está claro que Chauvin sea racista, pero está claro que debería haber sido despedido de la policía antes, y que él asesinó a Floyd. Además, el asesinato fue presenciado por otros tres policías que aparentemente no hicieron nada para evitarlo. Eso plantea algunas preguntas sobre el departamento de policía de Minneapolis, y sobre cómo vigilan a sus agentes. Esas preguntas también pueden ser legítimamente planteadas sobre otros departamentos de policía. Los agentes de policía no deberían ser el tipo de personas que disfrutan ejerciendo el poder de hacer sufrir a otros. Pero ese es a veces el caso.

Sin embargo, la afirmación de que los policías blancos están en una misión para asesinar a personas negras es ridícula. El número de personas negras desarmadas asesinadas por agentes de policía en el último año es muy pequeño, significativamente menor que el número de personas blancas desarmadas asesinadas por agentes de policía (aunque los hombres negros cometen una cantidad desproporcionadamente alta de delitos).

Los barrios del centro de la ciudad que están habitados principalmente por personas negras son lugares violentos. Es muchísimo más probable que una persona negra sea asesinada por otra persona negra que por un agente de policía blanco. Eso es un hecho que todo el mundo conoce, pero que muchos evaden. Si el movimiento «Black Lives Matter» fuera genuino, estaría mucho más preocupado por ese hecho.

El asesinato de Floyd ha provocado protestas por todo el país. A la gente le dicen que la brutalidad policial contra los negros está generalizada. ¿En base a qué evidencia? Nadie pide evidencia. Los manifestantes queman edificios, saquean tiendas, y atacan a personas inocentes. Si hay un problema, ¿cómo lo resuelven esas acciones? De nuevo, nadie pregunta.

Este es el problema básico: ahora estamos viviendo en un mundo donde nadie pregunta. Los gobiernos y los medios de comunicación dicen: Piensa lo que nosotros queremos que pienses, y haz lo que nosotros queremos que hagas…, y la gente obedece. La sociedad nos dice: Tu mayor deber moral es renunciar a tu juicio independiente y a tus propios valores…, y estamos de acuerdo con eso. Nos dicen que detengamos nuestras vidas y que renunciemos a nuestros trabajos por el bien de las personas mayores que tal vez no estén tomando las precauciones adecuadas contra una enfermedad contagiosa…, y lo hacemos. Nos dicen que nos sintamos culpables por un asesinato que no cometimos, y que nos creamos unas mentiras descaradas sobre los agentes de policía…, y, por supuesto, lo hacemos. Nos dicen que no investiguemos los hechos reales…, y, dado que desde hace mucho tiempo hemos renunciado a nuestro juicio independiente, esa es una orden fácil de seguir.

Después de renunciar a todos los pensamientos, a todos los valores, a todo lo que nos hace humanos, y a todo lo que hace posible la civilización, ¿cuánto tiempo podemos durar?

Nadie pregunta.

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Publicado en Facebook por David Harriman en junio del 2020. Traducido y publicado por Objetivismo.org con permiso expreso del autor.

David Harriman es Objetivista, y autor del libro The Logical Leap, que trata del tema esencial que es la inducción en las ciencias. El libro fue traducido al español por Juan Manuel Muñoz y Domingo García, tiene un prólogo del Dr. Leonard Peikoff, y está disponible en formato eBook en Amazon con el título El salto lógico.

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