Por qué Occidente no consigue acabar con el Yihad.
Otro aniversario del 11 de septiembre. Otro año sin que Occidente identifique, y mucho menos elimine, la causa de ese ataque (y de todos los ataques desde esa fecha).
La causa del ataque del 11 de septiembre y, más generalmente, la causa de la yihad contra Occidente, es el hecho que los regímenes islámicos – sobre todo los de Irán y Arabia Saudita – se toman el Islam en serio, lo que significa que quieren o convertir o matar a todos los que no se conviertan. Con ese objetivo, los regímenes de esos países respaldan material y espiritualmente a grupos yihadistas como Al Qaeda y el Estado Islámico, quienes a su vez atacan y asesinan a cualquiera que se niegue a someterse.
Esa es la razón esencial por la que Al Qaeda atacó a los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, y por qué los yihadistas y sus seguidores continúan planeando y financiando más ataques. Quien preste atención lo sabe. Pero el gobierno de Estados Unidos (así como los gobiernos de los demás países occidentales) se niega a reconocer la causa, y por lo tanto se niega a eliminar la raíz del problema: los regímenes islámicos que financian y apoyan la yihad.
¿Por qué? ¿Por qué se niega el gobierno americano a identificar la causa de la yihad y a poner fin a los regímenes que la patrocinan? Varios contribuidores a TOS y yo hemos respondido a esta pregunta en muchos artículos y desde muchos puntos de vista (ver abajo). En esencia se reduce a esto:
Un alto porcentaje de americanos abrazan el relativismo moral y el multiculturalismo, y están deseando culpar a Estados Unidos por todos los males del mundo. Son gente que se niega a juzgar negativamente cualquier cultura: excepto la cultura occidental, especialmente la americana, la cual juzgan malvada. En consecuencia, esa parte considerable de la ciudadanía americana se niega a llamar malvados a los grupos yihadistas o a sus patrocinadores, y mucho menos a exigir que el gobierno americano los elimine, porque, “bueno, ¿quiénes somos nosotros para juzgar…?”
Otro alto porcentaje de ciudadanos americanos abraza la religión: la noción de que la fe es un medio de conocimiento, y la correspondiente fantasía de que «Dios» existe, y que ser moral consiste en obedecer sus mandamientos. Esos religiosos se niegan a reconocer el hecho obvio de que si la fe es un medio de conocimiento, entonces los yihadistas y sus partidarios están justificados en hacer lo que hacen, porque su fe les dice que deben hacerlo. Al aferrarse los religiosos estadounidenses a su propia religión – y, por lo tanto, a la idea religiosa básica que la fe es un medio de conocimiento – no son capaces de condenar la esencia que hace posible la yihad: la falsa noción que la fe es un medio de conocimiento. En vez de hacer eso, los religiosos americanos condenan al Islam como una religión «mala», o simplemente niegan que sea una religión en absoluto. Eso les permite “sentir” que se están oponiendo al Islam, cuando de hecho están apoyando su esencia misma.
Finalmente, tanto los relativistas como los religiosos – junto con prácticamente el resto de la gente en los Estados Unidos – abrazan la idea que el altruismo es moral, y que el egoísmo es inmoral. Por eso casi nadie en Estados Unidos está dispuesto a abogar por una política exterior de interés propio; porque, claro, “eso sería ser egoísta”.
La aceptación generalizada de esos tres mitos – el relativismo moral, la religión, y la virtud del altruismo – es lo que les impide a los americanos nombrar, y mucho menos eliminar, la causa de la yihad contra Occidente. Los americanos que quieran acabar con la yihad deben rechazar esas falsas ideas y abrazar las verdades relevantes.
Occidente debe rechazar el relativismo moral y abrazar el egoísmo racional. Debe rechazar la revelación y la fe, y sustituirlas por la observación y la lógica. Debe rechazar la moralidad del sacrificio, y abrazar la moralidad del interés propio. Y debe reconocer y afirmar claramente que cuando los yihadistas atacan a los ciudadanos americanos o de los demás países de Occidente, sus gobiernos tienen la responsabilidad moral de eliminar inmediatamente a esos yihadistas y a sus patrocinadores.
Si queremos acabar con la yihad contra Occidente debemos divulgar la verdad sobre lo que causa la yihad, y, al mismo tiempo, qué hay que hacer para acabar con ella. No hay ninguna otra forma de hacerlo.
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Ten Steps to End Jihad Against the West
The Causes of War and Those of Peace
U.S. Foreign Policy: What’s the Purpose?
“No Substitute for Victory”: The Defeat of Islamic Totalitarianism
“Just War Theory” vs. American Self-Defense
On the Anniversary of 9/11, Relativism and Religion Still Paralyze American Self-Defense
“Gifts from Heaven”: A Vital Historic Lesson for America
Yes, Conservatives, Islam Is a Religion
Islamic Jihad and Western Faith
William Tecumseh Sherman and the Moral Impetus for Victory
Obstacles to a Foreign Policy of Self-Defense for America
The Evil of Whitewashing Islam
Don’t Tolerate Islam, Condemn It
Morally Judging Muslims and Other Religionists
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Fuente: https://www.theobjectivestandard.com/2016/09/911-and-americas-failure-to-end-the-jihad/
Artículo traducido, editado y publicado por Objetivismo.org, con permiso del autor.
Sobre el autor:
Craig Biddle is the editor of The Objective Standard and author of Loving Life: The Morality
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